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Fotografía

Una mirada a la historia del estado de alarma desde el objetivo de la prensa

  • La Asociación de Fotoperiodistas de Cádiz inaugura en la Casa de Iberoamérica la exposición ‘Distancia’, con más de medio centenar de fotos que resumen la vida durante la cuarentena

Los fotoperiodistas Francis Jiménez y Miguel Gómez comentan una de las imágenes de la exposición.

Los fotoperiodistas Francis Jiménez y Miguel Gómez comentan una de las imágenes de la exposición. / Jesús Marín

No es mentira: hay veces en que sobran las palabras, ocasiones en las que una imagen, aunque suene a tópico, impacta más que mil palabras huecas. Porque la imagen llega al cerebro como un golpe seco, liberada de explicaciones.Así sucede, por ejemplo, con las fotografías de la exposición Distancia. Retrato de una cuarentena, un conjunto de 56 imágenes realizadas por miembros de la Asociación de Fotoperiodistas de Cádiz que ilustran nuestra historia más reciente, la de los últimos meses, la de la alarma y el confinamiento por el coronavirus. Una historia que no es conveniente olvidar. La exposición se inauguró anoche en la Casa de Iberoamérica de Cádiz, donde se podrá visitar hasta el 19 de septiembre.

En la muestra han participado los fotoperiodistas Eulogio García, Francis Jiménez, Antonio Vázquez, Fito carreto, Lourdes de Vicente, Jesús Marín, Miguel Gómez y Román Ríos, que han cubierto gráficamente la actualidad del estado de alarma para la prensa gaditana, ya fuera en formato papel o en formato digital.

Distancia es, pues, el testimonio gráfico de un tiempo en el que la vida cotidiana se transformó por completo y en el que la libertad de movimientos quedó aparcada por culpa de la pandemia.

La muestra, que se abre con un texto del periodista radiofónico Pedro Espinosa, de la Cadena Ser en Cádiz, ha contado con la colaboración desinteresada del fotoperiodista gaditano Gonzalo Höhr –con exposición propia abierta en el Baluarte de San Roque–, quien ha sido el encargado de seleccionar las imágenes propuestas por sus compañeros, de decidir su distribución por la sala principal de la Casa de Iberoamérica y, por tanto, del argumento temático de una exposición cuyas imágenes se distribuyen en varias secciones: confinamiento, desinfección y medidas sanitarias y de seguridad, sanitarios y fallecimientos y desescalada.Con imágenes tomadas en Cádiz –una amplia mayoría–, Ubrique, Villamartín, El Puerto, Jerez y Espera, la exposición muestra cómo repercutió el confinamiento en la calle, con negocios y centros comerciales cerrados o bajo mínimos; cómo se vivió desde los balcones y ventanas; cómo las carreteras de la provincia presentaban un inusual vacío; cómo se vivió la pandemia en algunas viviendas sin recursos, sin luz por ejemplo, y cómo se multiplicó la asistencia social y la ayuda básica por el parón económico.

La muestra no se olvida de los sanitarios, a quienes dedica una galería con sus primeros planos y, también, con las consecuencias de su agotador y arriesgado trabajo en primera línea. Tampoco de los trabajadores, cuerpos de seguridad y militares que se encargaron de desinfectar los espacios públicos y los edificios destinados a acoger a colectivos vulnerables.

Y, ya en la desescalada, hay imágenes de la paulatina apertura de las iglesias, de las primeras visitas a los cementerios, en este caso el de El Puerto, para que los familiares pudieran despedirse de las personas fallecidas, por el virus o no, durante el estado de alarma y, también, de la lenta recuperación de una cierta normalidad, que ya sabemos que no es como la de antes, con una vida en las calles marcada por las mascarillas y por las estrictas medidas de seguridad.

Román Ríos es el presidente de la Asociación de Fotoperiodistas de Cádiz. Destaca que la muestra refleja “la actualidad del estado de alarma” en un trabajo profesional que, como recuerda, no ha sido fácil porque han sido muchas las trabas que los fotógrafos de prensa se han encontrado en su labor: “Se nos ha negado el acceso a lugares de interés, a hospitales y residencias de ancianos, por ejemplo, donde estaba el grueso de la información. Se ha cortado nuestra libertad”. Y, por extensión, la libertad a informar responsablemente de lo que ocurre y así, resume Román Ríos, que los fotoperiodistas pudieran cumplir de manera total con su cometido de contar lo que en un futuro se convertirá en historia.

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