Crear cultura siempre conlleva asumir un riesgo. Riesgo artístico, porque el resultado final debe ser convincente, pero también, como industria que es, riesgo económico. Por eso, quizás, el mecenazgo ha estado siempre tan ligado a la creación artística. Y por eso uno de los instrumentos que los agentes culturales están utilizando más en los últimos tiempos es el crodwfunding, esa herramienta solidaria y compensatoria que puede ayudar a minimizar el riesgo y de la que ha echado mano la compañía Matiz Teatro, formada por las actrices María de Vicente, de Sevilla, y Rebeca García, gaditana de Arcos, y que prepara para noviembre el estreno de la obra El color de agosto, de la dramaturga Paloma Pedrero.

Formada como actriz en escuelas de Málaga, Madrid y Sevilla, lugar en el que ha echado ancla con la formación de esta nueva compañía y escenario elegido para el estreno, Rebeca García explica que la campaña de mecenazgo empezó hace unas semanas y que ya han logrado obtener el 44% de la financiación necesaria para su proyecto. La actriz gaditana confía en que hasta el 10 de julio, fecha límite, la compañía logre cubrir el cien por cien de su presupuesto con el objetivo de que la obra pueda estrenarse en las condiciones soñadas y para las que ya están trabajando con la director Paloma Barrios.

Ambas actrices saben que si el crowdfunding no llega a buen fin, si no logran reunir el total del dinero presupuestado, tendrán que devolver lo recaudado, como marcan las reglas de este mecenazgo, y el proyecto de escenificar El color de agosto seguiría adelante pero de una forma distinta a la que han proyectado con este sistema de ayudas con el que el colaborador logra distintas recompensas en función del dinero entregado.

Cuenta Rebeca García, actriz con experiencia en el grupo El Pequeño Paso y la obra Maria Revolution, que las redes sociales son fundamentales para un proyecto así y que, de hecho, el anuncio de este proyecto despertó el interés de muchos actores que les apoyaron con bastantes ingresos de cinco euros, la cuantía más pequeña.

A partir de aquí, las cantidades van aumentando y con ellas las recompensas que se logran: desde el agradecimiento en redes sociales hasta ser considerado mecenas del proyecto, con variantes como entradas para el estreno, otras para una función exclusiva para los mecenas, carteles de la obra firmados por las protagonistas, chapas y camisetas del proyecto y hasta copias de los cuadros que aparecerán en la escenografía.