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Cultura

"Fue como llegar al pueblo de mi abuelo en la Alpujarra"

  • La directora de cine Chus Gutiérrez presentó ayer en Granada la película 'Retorno a Hansala' y narró la experiencia de rodar en aquella pequeña aldea marroquí

Chus Gutiérrez, directora de Retorno a Hansala, una película a medio camino entre la road movie y el documental inspirada en la realidad de la inmigración, dice que rodar en esa pequeña aldea habitada por bereberes fue como regresar en el tiempo al pueblo de su abuelo en la Alpujarra granadina.

Durante la presentación de la película ayer en Granada, su ciudad natal, la cineasta relató la experiencia del rodaje entre gente de una pobreza extrema pero con "algo que nosotros hemos perdido: un saber estar en la vida" que les lleva a preocuparse exclusivamente del momento, sin hacer concesiones al pasado o al futuro.

"Eso les aporta calma y la sensación de disfrutar de lo que están haciendo", según la cineasta, que estuvo acompañada por una de las protagonistas, la actriz Farah Hamed, y por su hermano, Tao Gutiérrez, responsable de la música de la película.

Con tres nominaciones durante la última edición de los Goya, Retorno a Hansala está inspirada en un hecho real que sirve de punto de partida para acercar al espectador al drama de las pateras.

La decisión del responsable del tanatorio de Los Barrios de viajar a Marruecos con el cuerpo sin vida de un inmigrante fallecido en el hundimiento de una patera para que sea reconocido por sus familiares es el punto de partida de la película, que habla de un tema "universal".

"Nosotros hablamos en la película de la frontera de África, pero esta situación es trasladable a cualquier país del mundo", dijo la cineasta, que considera que "cuando la gente se quiere ir de un sitio no hay frontera que les detenga".

Y puso como ejemplo de ello el caso de uno de los actores de la película, un joven de unos 24 años que ya ha cruzado tres veces el Estrecho y en las tres ocasiones ha sido devuelto a Marruecos.

En Hansala, a escasos kilómetros de Algeciras, "te puedes morir de apendicitis".

Son lugares que "no ofrecen posibilidad de futuro" a la gente joven, pero "no hay que irse a la luna" para comprobarlo, según Gutiérrez, que dice que para ella, llegar a Hansala fue como regresar en el tiempo al pueblo de su abuelo en la Alpujarra granadina, donde tampoco había entonces ni luz ni agua.

Chus Gutiérrez está especialmente orgullosa de que el rodaje allí de su última película haya propiciado lo que ella llama "la pequeña revolución de las mujeres".

Según explicó, los puestos de dirección y de mayor responsabilidad en el equipo de rodaje lo ocupaban mujeres.

Las mujeres de Hansala comprobaron durante esos días cómo las del equipo de rodaje daban órdenes a los hombres y además, cobraban por su trabajo, lo que, según supo después Gutiérrez, las motivó hasta el punto de pedir su inclusión en la asociación de la aldea.

Los hombres no se lo permitieron, pero ellas han creado la suya propia, según la directora, que subraya además la motivación de las mujeres de Hansala, especialmente de las jóvenes, por aprender a leer y escribir.

Para Farah Hamed, que comparte el protagonismo con José Luis García Pérez, las mayores dificultades durante el rodaje de la que es su primera película fueron las inclemencias meteorológicas (hubo muchas grabaciones en el exterior) y la multitud de idiomas en los que se comunicaban los miembros del equipo con las gentes del pueblo (hasta cinco, entre ellos el bereber), ha explicado.

Hamed se queda con los valores, como el de la solidaridad, que transmiten las gentes de Hansala: "Tienen como un tempo de la tierra", dice la actriz, para quien la experiencia fue "dura pero bonita".

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