Superar el miedo y materializar el verbo. En tiempos en los que imperaba el yugo de una voluntad única, un criterio único, una opinión única, el miedo campaba a sus anchas por las calles, por las casas. Pero no todo era silencio, hay quien combatió, quien hizo su lucha en papeles que hoy pueden parecer trasnochados, toscos, de escritura sencilla, pero que encierran todo el valor de aquellos que quisieron hacer frente al miedo. Papeles contra el poder, bonito título, interesante exposición que ayer se inauguró en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz con una selección de textos que ejemplifican como el Estado se esmera por aniquilar cualquier idea que pueda poner en peligro su propia existencia.

La muestra está formada por "26 documentos, 26 pequeños papeles, cargados de futuro, que ni se los llevó el viento, ni fueron destruidos por la Policía sino que se remitieron formalmente al Gobernador Civil para su conocimiento" en tiempos de la Dictadura franquista y que hoy descansan el Archivo, según explicó la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado, durante la inauguración en el patio de la Casa de las Columnas .

"Hay textos carlistas, que a mucha gente le han sorpendido, falangistas, comunistas de varias ramas y pacifistas", precisa el director del Archivo, Manuel Ravina, que alaba el trabajo de selección de documentos de su equipo "ya que tenemos muchísimos papeles".

Una selección de documentos que realizaron hace algunos años el propio Ravina y Alberto Sanz Trelles ya que esta muestra se debería haber celebrado, y con un contenido más amplio, en 2007. Finalmente los recortes presupuestarios y de personal en el Archivo impidieron que se exhibiera en su fecha y con todo el contenido que estaba previsto.

Aún así, Papeles contra el poder supone un conjunto llamativo de panfletos, hojas volanderas y denuncias policiales de "pegatinas subversivas" en las calles de Cádiz; la aparición en una ventana de un convento de la La Línea de la fotografía de un grupo de "sublevados en Jaca a favor de la República"; un vecino que tenía un ejemplar de Mundo Obrero; o una multa por repartir "hojas no autorizadas" a la salida de un acto en honor al rey Alfonso XIII, entre otros.