Esencia, frescura. Juventud, veteranía. Legado. Testigo. El cante de Cádiz vive, eterno, por encima del tiempo, como nexo de generaciones, de vivencias. Eso viene a contar De mi tierra... Cádiz. Mucho más que un recital flamenco. Prueba hecha cante de que el presente sólo tiene futuro si se sabe beber del pasado. De mi tierra... Cádiz. Dos maneras de enfrentar el cante. Dos voces. Dos colores. Los de las gargantas de Mariana Cornejo y Encarna Anillo. Cádiz por los cuatro costados habla esta noche en el Gran Teatro Falla.

"Es la demostración de dos formas de cantar diferentes, de dos generaciones distintas pero que igualmente suenan a Cádiz".

"Es lo grande de esta tierra, que cada uno tiene su personalidad, su manera de interpretar pero siempre, en el fondo, está esa herencia gaditana de pura cepa que quien sepa escuchar sabe darse cuenta".

Hablan las protagonistas. Primero, Encarna. Después, Mariana. Así será en la gala de hoy. "Al final, Mariana me llamará al escenario para cerrar la fiesta por bulerías. A mí me hace mucha ilusión porque es como recibir de sus manos un testigo y que eso venga de una artista tan grande como Mariana... Y más porque yo la admiro desde pequeña cuando yo bailaba con sus cantes". La joven pero experimentada artista no lo puede resumir mejor. "Va a ser emocionante", dice.

Los piropos, como los cantes, son de ida y vuelta. "Encarnita es una artista completísima y hace muy bien toda la variedad de cantes de Cádiz, que es muy amplia. Es muy joven pero tiene una trayectoria grande porque empezó desde muy pequeña y no ha interrumpido su carrera. Es muy de aquí y yo la quiero mucho", admira Cornejo que desea "de todo corazón" que la joven "se explaye" en el Falla.

A buen seguro que lo harán. Ambas. "Aunque yo estoy una mijita resfriada", se lamenta la veterana que, sin embargo, advierte que lo dará "todo" en el escenario. Cornejo se entregará por seguiriyas, soleá, cantiñas y tangos, escoltada por las guitarras de Fernando Moreno y Antonio Carrión. Anillo se deshará en la soleá de su disco Barcas de Plata, milonga, alegrías tanto de Cádiz como la que da título a su último trabajo, y otros estilos gaditanos, de Triana y Córdoba. "Quiero demostrar que aunque soy joven he escuchado y aprendido lo necesario", reconoce la cantaora que, además, está interesada en absorber la sonoridad de otras culturas y estilos musicales. Por ello se acompaña del guitarrista chileno Andrés Hernández Pituquete, un músico "muy bueno" que además toca "con el corazón" que es "como a mí me gusta". Junto a él, Juan Requena, "otro gran tocaor malagueño ", apunta la intérprete.

Diego Montoya y Tate Núñez pondrán las palmas a una noche que se repetirá el próximo día 13 de abril en el Teatro Central de Sevilla. "Cádiz y Sevilla, eso es mucho", coinciden las cantaoras.

Como mucho puede llegar a ser un recital que, para Mariana, tiene como bastión "la recuperación de los cantes de Cádiz". "Estos cantes no pueden caer en el olvido. Se puede evolucionar pero siempre hay que conocer la base", sentencia llegando, de nuevo, a un punto de encuentro con Encarna: "Hay que conocer los cantes de los mayores, de donde vienen, luego, si quieres, haz otra cosa".

"Y en Cádiz hay tanto...", piensa en alto Mariana que nombra a veteranos como Felipe Scapachini, El Piti de Cádiz, Juan Villar, Manoli de Gertrudis "que aunque no ha seguido una carrera profesional es una gran cantaora de Cádiz", distingue . Y a jóvenes como David Palomar, Raúl Gálvez, Paco Reyes, May Fernández y Anabel Rivera, a la que le ve maneras de "buena heredera de las chufillas". Un estilo que, evidentemente, no faltará en De mi tierra... Cádiz.