–Me ha sorprendido mucho eso de  ‘Amor en crisis’ en ustedes...

–¿Sí, verdad? La Canalla haciendo canciones de amor, ¡esto ya es el no va más!

–Bueno, según el título, serán de desamor, ¿no?

–No, en realidad. Yo creo que el amor es lo único que puede hacernos afrontar la crisis, que si los que gobiernan se dedicaran a amar un poquito más, o a joder pero a joder con quien aman y no a los demás, pues nos iría un poquito mejor.

–¿A qué suena este disco?

–Pues, como siempre, nosotros utilizamos el estilo que mejor le venga a la historia y, en esta ocasión, vamos a contrar historias de amor pero te garantizo que no son las que ha escuchado en Operación Triunfo. Es un amor mucho más de ahora, mucho más de verdad, y mucho más nuestro, más coetáneo. Desmitificamos un poquito el “me muero” y estamos más por el “no pasa nada”. Ya estamos acostumbrados a los divorcios, ya no es como antes que veíamos en las películas americanas los divorcios, las hipotecas y las fiestas de graduación y nos sonaba a chino. Ya estamos acostumbrados a todo eso, y al tipo de amores frugales.

–¿Biográfico? 

–Nosotros no escribimos de lo que nos pasa. Siempre es más interesante escribir sobre lo que le pasa a otro. En mi caso, lo que he hecho es fijarme en las historias de amor que estoy viendo alrededor mía, observar cómo se comporta la gente, que se comporta de una forma muy distinta a la que se comportaban nuestros padres. Nosotros, nuestra generación, tenemos que aprender  a gestionar el amor de forma muy distinta a la que la gestionaban nuestros padres. El amor es una cosa a la que se le ha escrito mucho pero nosotros no podemos aprender ahora de Jose Luis Perales, de “cómo es él” y “en qué lugar se enamoró de ti”, ahora nos tenemos que hacer amigos del colega porque nos lo vamos a encontrar dos o tres veces...

–En nuestro tiempo todo va muy deprisa, ¿tenemos tiempo para el tiempo que necesita el amor?

–Hombre, es que el amor no va por internet. Yo creo que aunque nosotros tengamos otros formatos de tiempo o otro tiempo sea el que impere en esos formatos en esto de enamorarse todavía requiere un tiempo. Eso del amor a primera vista... Ahora con ver no vale, ahora hay que tocar y eso requiere un tiempo. Uno puede coger cariño a primer vista, puede ponerse cachondo a primera vista pero lo que es enamorarse, enamorarse, sigue siendo un poquito más complicado.

–Algo así como con la música, que también requiere su tiempo.

–Está claro. Nosotros, por ejemplo, nos hemos pegado tres años para hacer este disco. Pero también te sigo el ejemplo desde el tío que te escucha. Ahora mismo tú tienes muchas cosas a tu alcance, le das al play y tienes una canción pero pienso que no se paladea o se degusta igual que cuando tú estás esperando que salga ese disco, cuando te lo compras, lo abres, te sientas, te poner a leer el libreto, le das al play, y escuchas... Es diferente. Como consumirse, claro, la otra manera es más rápida, pero degustar es diferente, y menos lo que nosotros hacemos que se disfruta más si te recreas con los sabores y los gustos de cada cosa.

–Y ya van tres discos y una buena legión de seguidores de un proyecto, ciertamente, atípico, ¿a que al final nos han vendido una moto con eso de que para  encajar hay que tragar con ciertos cánones?

–Pues eso precisamente es lo que más nos sorprendió. Y es que a nosotros en un par de ocasiones nos han llamado algunas compañías para ficharnos pero nos decían que había que dejar de hacer no se qué o no se cuántos y, quillo, al final es que te quieren cambiar una cosa que no hay por qué cambiarla porque, se supone, que si tú me has llamado es porque te gusta lo que hacemos. Y entonces te dicen que si las canciones tienen que durar tres minutos, que si el estribillo tiene que ser pegadizo, que no se pueden meter muchos acordes, que ni las melodías ni las letras pueden molestar... Y al final está todo el mundo loco por que lo molesten. Nosotros no teníamos pensado que esto le gustara tanto a la gente. Nosotros teníamos claro que nos gustaba a nosotros  pero como la industria te decía otra cosa... La industria nos ha tenido engañados a todos, creo que son vendedores de humo... Y, mira, al final cuando la gente prueba el jamón no le gusta tanto la mortadela.

–Qué peligroso eso, en realidad, de que te intenten convencer de lo que te gusta.

–Al final, canija, ocurre lo mismo en la música que con las mujeres. Al final la chavalita que sale en la portada del Vogue no es la que todo el mundo quiere de novia. 

–Reconduzco esto que yo he venido ‘a hablar de su libro’, de su concierto, en este caso. ¿Ganitas de Falla?

–Sí hombre, ten en cuenta que estos temas son totalmente nuevos y tenemos que ponerlos en pie por primera vez, y dice tú, ¿quillo qué hago?, pues para hacer el ridículo delante de un extraño me voy en ca los colegas, y nosotros en Cádiz estamos en casa. No hay ni miedo, ni pudor, ni nada, lo que hay es mucho cariño. 

–Mucho cariño también en las colaboraciones de ‘Amor en crisis’, Vicky Luna, Silvia Pérez Cruz, Antílopez, Raúl Rodríguez...

–Nosotros tenemos la suerte de tener muy buenos amigos y de que a esos amigos les gusta lo que hacemos y se quieren apuntar al carro. Y nosotros encantados. Con Antílopez tenemos el tema Amor en crisis, que es un bolero así como de Los Panchos pero que Los Panchos nunca en su vida hubieran imaginado que iban a decir esas cosas; vamos que si alguno de Los Panchos canta esto puede ser que te lo encuentres echando espuma por la boca... Silvia canta una canción de amor de dos mujeres que se llama Sirena que lo hace con esa dulzura que tiene ella que es especia y con Raúl tenemos una canción a medio camino entre la vieja trova y la nueva trova, se llama Diosa de la opulencia, que es una oda a las estéticas femeninas normales y no a la que nos venden en la revista.

–Pedían por las redes los temas favoritos del público de discos anteriores, ¿cómo quedó la cosa?

–Pues las más votadas han sido El universo infintio, La loba, Enganchaíta de mi vida y Tes quiero may lof.Esas seguro sonarán en el Falla.