Estrella Morente · Cantaora

"Me ilusiona cantar en una bodega de Jerez, es una tierra con solera"

  • La granadina se estrena este viernes en el II Tío Pepe Festival con un recital "muy flamenco". Regresa a Jerez 16 años después de su última actuación.

Estrella Morente es hoy por hoy una de las embajadoras del flamenco a nivel nacional e internacional, es la representación más próxima a lo que significa la mujer artista del siglo XXI, un rol que desempeña y defiende con la misma humildad con la que se sube a un escenario. Quizás por crecer en un ambiente de continua investigación musical, la cantaora granadina superó hace tiempo las barreras de un arte que ha sabido llevar por todo el mundo y del que se "alimenta" a diario. "Sin él no podría vivir", asegura.

-9 de mayo del 2000. Fue la última vez que estuvo usted en Jerez, concretamente en el Festival, y desde entonces, nada. ¿Por qué tanto tiempo sin actuar aquí?

-Bueno, simplemente por circunstancias de la vida, no por ninguna razón concreta. A veces las cosas son así. Me ocurre igual en Málaga, que también hace mucho tiempo que no voy, pero no por nada.

-(...)

-Para mí Jerez es una tierra con la que tengo mucha relación a pesar de no haber actuado desde entonces. Además, vengo a menudo a algunas de las fincas que le rodean con mi marido por aquello de los tentaderos y bueno, también tengo muy buenos amigos con los que los hablo habitualmente. Con La Macanita, por ejemplo, hablo mucho, y también con Alfredo Lagos, con el Tate Diego (Carrasco), Diego del Morao... Para mí y para mi marido esta es una tierra especial, de la pureza, de la raíz del compás, de Fernando Terremoto, de La Paquera y de Rafael de Paula (risas).

-Y después de 16 años, ¿qué versión de Estrella Morente veremos en González Byass?

-Una versión clásica, muy flamenca. Intentaré ser lo más flamenca posible y cantar con los cinco sentidos, porque al fin y al cabo el flamenco es mi raíz, es mi vida. Además, me hace ilusión cantar en un marco como González Byass, unas bodegas con tanta historia y donde está la solera del vino de Jerez. Para mí será algo especial, también porque comparto cartel con Nancy, que es una persona a la que admiro y con la que también tengo muy buena relación.

-Acaba de estar en Vitoria en el prestigioso festival de jazz presentando 'Amar en paz', su último disco....

-Sí, la verdad es que estamos muy contentos porque hemos tenido muy buena acogida. Es un disco que mi padre tenía ya en mente tras proponérselo Fernando Trueba y el resultado ha sido espectacular, con una guitarra, la de Niño Josele, muy coherente, porque toca lo que siente, con libertad y respeto hacia la música. Profundizar en los clásicos como Dolores Durán y Pinxinguinha es una bendición, creo que la gente debería acercarse a él porque te traslada esa sensación de paz que en la sociedad en la que vivimos, con tanta prisa, nos dura poco, pero es fundamental.

-Usted siempre ha defendido el estudio de los clásicos del flamenco, Tomás Pavón, la Niña de los Peines...¿Hay mucha similitud entre esos clásicos y los que ha grabado en este disco?

-Sinceramente, no veo la diferencia. Tienen muchas similitudes, ya no sólo en la manera de concebir la música sino incluso en la personalidad de muchos de ellos. Veo mucho parecido entre Dolores Durán, por ejemplo, y la Niña de los Peines o La Perla de Cádiz, mujeres con mucha personalidad, firmes, que transmiten muchísima intensidad y que admiraban otras músicas. La Perla cantaba el charlestón, y la Niña de los Peines hacía rancheras. La verdad es que ha sido más fácil de lo que pensaba.

-¿Y no da miedo pisar terrenos como la música brasileña o acercarse a la de Falla?

-Mi padre nunca nos provocó la sensación del miedo a la hora de crear, ni siquiera nos decía eso de que viene la bruja que se dice a todos los críos (risas). Enrique Morente nos invitó siempre a aprender, a valorar el arte, a disfrutar de los valores de la vida y sobre todo a entender que no hay límite en la música, por eso para mí eso del miedo no existe. A veces da respeto, pero si se hace con ilusión y ganas no debes preocuparte.

-Sí, pero seguro que se habrá topado alguna vez con comentarios como 'se está perdiendo la pureza' o cosas así....

-Por supuesto, pero eso no me preocupa. La vida es artesanía pero sin apreturas, sin extremismos. Para mí, cantar es una suerte, como lo es alimentar a los míos del arte. Los radicalismos ni el pesimismo no los contemplos, ya hay bastante tristeza y hambre en el mundo como para estar todo el día criticando. Mi padre nos enseñó a vivir sin extremismos, más que cantar bien hay que ser persona.Te pongo un ejemplo, soy de Granada y a mí Granada me vuelve loca, pero también me fascina Huelva, Sevilla, Almería, Córdoba, Jerez...Soy y me siento andaluza, no hace falta quedarse con sólo una cosa. Además, esto no se perderá mientras exista gente como la que está saliendo ahora, tanto bailaores como guitarristas y cantaores, gente inquieta y con ganas de seguir creando.

-¿Se ha acabado ya la crisis o esta crisis va a ser eterna? ¿En qué medida le ha afectado?

-(Risas) Sí parece eterna. Me ha afectado como a todos, por eso es bueno que las instituciones, los teatros y los festivales sigan apostando por el arte y la cultura. Este país sin arte no es nada, ni industria ni nada, en cualquier lugar que visites encuentras arte, ya sea el sur, el norte, el este o el oeste, por eso es bueno que se siga cuidando. Esperemos que poco a poco todo vaya cambiando.

-¿Qués es más complicado, ser madre, artista, mujer de torero o hija de Enrique Morente?

-Uff, nunca me había parado a pensar eso, pero lo cierto es que lo llevo todo adelante (risas). Lo importante es ser constante, aunque en mi caso me cuesta, soy una persona muy inconstante, todo lo contrario que mi hermana Soleá, por ejemplo. Pero bueno, ya lo dice la letra, fui piedra y perdi mi centro/y me arrojaron al mar/y a fuerza de mucho tiempo/mi centro vine a encontrar. Al final todo vuelve a su sitio, es la vida misma.

-¿Cuesta recuperar la ilusión cuando la vida te golpea?

-Claro que cuesta. Decía mi padre que estamos vivos de milagro, y la verdad es que no te das cuenta de lo duras que son estas situaciones hasta que no pasas por ellas. Creo que en esta vida no se debería sufrir lo que ha sufrido mi familia, nadie está preparado para eso. Pero precisamente por todos ellos hay que seguir adelante, es lo único que te hace respirar, aunque nunca como se respiraba antes. Aún así, me enternece ver a diario cómo mis hermanos se han agarrado a todo. Hemos vuelto a releer los libros que leíamos con mi padre, a visitar los lugares que visitábamos con él, a regar su olivo...También te ayuda toda esa cantidad de amigos que tienes, y el hecho de comprobar que todo el mundo quería a mi padre. Quizás sea eso lo más grandioso y lo que te ayuda a seguir. El dolor, desgraciadamente, no lo mitiga nada, pero te ayuda a seguir por la verdad, la venganza y el rencor nunca ha entrado en mi casa.

-Se refiere usted constantemente a su padre. ¿Le ha dejado un legado o una responsabilidad?

-Creo que un legado. El legado de mi padre es el trabajo, el sacrificio que hizo para seguir adelante. Evidentemente, yo soy su consecuencia, por eso trato de seguir con todo lo que dejó por hacer. Se pasaba la vida trabajando, pero ha dejado muchas cosas por hacer. Afortunadamente, lo tenía todo perfilado y sabemos por dónde tirar. Eso es lo que enorgullece a toda la familia, porque de alguna manera es la única forma de renovarse un poco espiritualmente.

-¿Se siente como una especie de guia de sus hermanos?

-No diría eso, tanto José Enrique como Soleá me han sorprendido por la entereza y la capacidad de seguir adelante. Está claro que se apoyan en mí en muchas cosas, pero tienen la suficiente personalidad para caminar solos. En casa eso de papaíto o mamaíta nunca estuvo presente, mi padre era el más exigente conmigo cuando hacía un tercio "cruzado", como decía él, siempre ha querido que fuésemos autosuficientes.

-¿Y qué opina de sus carreras artísticas?

-Bueno, José Enrique está volcado con el cante. El otro día cantó en la peña La Platería de Granada y me dijeron que estuvo muy bien. Soy de las que pienso que es en las peñas donde se debe hacer el cantaor, en las distancias cortas con el aficionado. Últimamente nos vemos poco, pero intento llevármelo a veces, me hace las palmas, los coros, y cuando hay oportunidad se hace sus cositas delante. Lo único que le digo es que estudie los clásicos, a La Paquera, La Perla, Terremoto, Valderrama...

-(...)

-Soleá, en cambio, es una bomba. Va a ser algo muy serio pero en la cultura. Dice que no es flamenca, pero creo que es la más flamenca de todos, tiene unos dejes y unos quejíos increíbles, y una voz cada vez mejor y que es perfecta para el jazz. Está floreciendo una mujer plena. Es seria en cuanto al concepto pero además tiene talento y es coherente con el camino que llevaba mi padre.

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