Cultura

5 hitos en la historia de la ciudad califal

  • Las primeras excavaciones, el centro de recepción o la iluminación nocturna, claves en el yacimiento cordobés

Más de mil años de historia dan para muchos momentos claves en un yacimiento de relevancia mundial como es el de Medina Azahara. El primer instante esencial fue el de su construcción, allá por el año 936 y, por desgracia, el de su escasa actividad como ciudad, con apenas 80 años de existencia. El reconocimiento de la Unesco como Patrimonio Mundial no habría sido posible si en los últimos cien años no se hubieran producido una serie de hitos.

El expolio de Medina Azahara se inició en los primeros momentos de su destrucción y se prolongó a lo largo de siglos. Durante el siglo XI se saquearon capiteles, columnas, mármoles decorativos u objetos suntuarios, que se dispersaron hasta los lugares más diversos: edificios de los reinos de taifas del XI, las capitales almohades de Marraquech y Sevilla, catedrales de Tarragona, Gerona y Braga, iglesias y monasterios castellanos o el palacio de Pedro I. A finales del XIX fue identificada como campo de ruinas conocido como Dehesa de Córdoba la Vieja, aunque no fue hasta 1911 cuando comenzaron los trabajos de recuperación arqueológica. Un destacado papel en esta labor lo jugó Félix Hernández, quien completó las excavaciones anteriores y las amplió a la terraza intermedia con el descubrimiento del salón de Abderramán III, iniciando a partir de la década de 1940 su estudio y restauración, que aún sigue. En 1923, los restos fueron declarados como Monumento Nacional, un primer reconocimiento oficial.

Tras la llegada de la democracia, el Gobierno andaluz fue asumiendo distintas competencias, entre ellas la de Cultura, que se transfirieron en 1984. La gestión de Medina Azahara pasó a manos de la Junta, lo que abrió una nueva etapa en el futuro de la ciudad palatina. En 1989 se creó la institución Conjunto Arqueológico de Madinat al-Zahra, encargada de su custodia. En esos años se iniciaron importantes excavaciones y la recuperación de uno de los símbolos de la ciudad, el Salón Rico, aún pendiente por problemas administrativos.

En torno a 360.000 visitantes en cinco meses. Ése fue el resultado de la muestra El esplendor de los Omeyas cordobeses, una exposición que en 2002 supuso un antes y un después para sacar del olvido a Medina Azahara. Aquella cita fue inaugurada por don Juan Carlos y doña Sofía junto al hoy discutido presidente de Siria, Bachar al Asad. Aquel volumen de visitas permitió a la Consejería de Cultura, organizadora de la exposición a través de la Fundación El Legado Andalusí, dar por cumplido el principal objetivo que se plantearon: situar el conjunto arqueológico en el mapa del turismo nacional e internacional.

Medina Azahara abrió en octubre de 2009 un nuevo capítulo en su historia milenaria con la apertura de su sede institucional y Área de Gestión Integral, un centro de recepción de visitantes equipado con las últimas tecnologías que fue inaugurado por la Reina Sofía; un área museográfica donde se exponen cientos de piezas que suponen un sugerente recorrido por la historia de la ciudad de Abderramán III. Sobre el impacto que ha tenido en estos casi diez años este centro de interpretación, habría que recurrir a las visitas registradas tanto en el museo como en el yacimiento, con vaivenes dependiendo de los años analizados. Así, en 2009 se superaron las 198.000 visitas al conjunto arqueológico, una cifra que desgraciadamente no ha podido repetirse en ejercicios posteriores, hasta bajar a los 157.000 de 2012. A partir de entonces se produce un repunte en la asistencia al museo, de manera que las cifras han ido creciendo en porcentajes constantes, con la única excepción de 2015, según los datos oficiales que maneja la Consejería de Cultura de la Junta. Sin embargo, en 2016 se volvió a la senda del crecimiento con 181.653 turistas, dato que subió un 2,4% en 2017, hasta alcanzar los 186.000.

El último hito en la promoción del yacimiento se produjo hace menos de un año, cuando se inauguró la iluminación del complejo que permite las visitas nocturnas a Medina Azahara. Son 660 puntos de luz y 172 metros de líneas de LED instalados por la Fundación Endesa, dando la posibilidad de que el visitante pueda disfrutar también de noche de este monumento. Hasta el momento se han realizado campañas de visitas, si bien la previsión de Cultura, modificada en varias ocasiones, es la de ofertar estas giras nocturnas a diario durante el verano. Los dispositivos lumínicos tienen instalados un reloj astronómico que bloquea el encendido en horas de luz solar, dotando así de una mayor seguridad a la instalación y la durabilidad de las luminarias. El proyecto lumínico, que supuso una inversión de algo más de 322.000 euros por parte de la Fundación Endesa y 70.000 por parte de la Consejería de Cultura, se desarrolló durante nueve meses de trabajo.

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