OBITUARIO

Los hilos de la vida y del destino

Desde la Antigüedad, la marioneta se ha considerado una metáfora del ser humano y sus hilos, una representación de los que tejían las Parcas, diosas mitológicas que, además de la vida, manejaban el destino de los mortales. En la madrugada de ayer, recién estrenado el año, se cortó en Segovia el que sostenía al artista titiritero Francisco Peralta González, de repente y sin avisar, como mandaban los cánones de la tradición clásica.

Nacido en Cádiz el 7 de junio de 1930, su trayectoria profesional es un ejemplo más de profeta que no lo es en su tierra. Tras estudiar en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de su ciudad, se licenció en Bellas Artes por la Complutense de Madrid en la Sección de Escultura. En su tesina desarrolló de manera visionaria conceptos de carácter multidisciplinar, pues se centró en la integración de las artes y la aplicación pedagógica de los títeres a los que sentía vinculado desde niño, merced a la tradición gaditana de La Tía Norica.

De hecho, en toda su actividad como profesor de Modelado y Vaciado empleó como recurso didáctico la construcción de títeres. Al mismo tiempo, desde 1956 llevó a escena diversas obras como Bastién et Bastianne de Mozart; El retablo de Maese Pedro de Falla; Los melindres de Belisa de Lope de Vega o El paso de las aceitunas de Lope de Rueda, entre otras muchas. Para todas ellas creó figuras estilizadas de una belleza extraordinaria, innovando y creando nuevas técnicas de manipulación. En su labor, continuamente persiguió la expresividad más que la perfección, aunque en el acabado de todas sus creaciones se acercó al virtuosismo. Desde el principio trabajó con su esposa Matilde del Amo, con la que fundó oficialmente en 1981 la compañía Marionetas Peralta del Amo, en la que se integraron sus cinco hijas.

Tanto como docente de arte y de teatro, así como creador, estuvo presente en escuelas, talleres y festivales nacionales e internacionales, además de participar en exposiciones de escultura y pintura. Así mismo, colaboró en cine y televisión como en las películas Dulcinea (1962) de Vicente Escribá o Cabriola (1965) de Mel Ferrer y varios de sus montajes fueron grabados para El carro de la farsa de TVE.

En 1985 participó en el recién creado Festival del Títere de Cádiz, que entonces cumplía su segunda edición. Posteriormente, en 1990, fue el primer marionetista en recibir la Medalla de Plata al Mérito en Bellas Artes del Ministerio de Cultura. Se le adjudicó asimismo su entrada propia en la Enciclopedia mundial del títere, editada por la Unión Internacional de la Marioneta (UNIMA) en 2009.

Varias exposiciones retrospectivas en torno a su obra se han presentado en diversos festivales internacionales, como los franceses de Toulouse (1992) y Charleville-Méziéres (1994), o Tiririlandia 97 en Madrid. Creación suya, además, es la estatua de bronce erigida en Móstoles en 1998, dedicada a los artistas de los títeres. En 2005 recibió el Premio Gorgorito por su trayectoria de parte de UNIMA España, entidad que le nombró, junto con su mujer, miembro de honor en 2008.

Peralta estuvo muy vinculado a la ciudad de Segovia y su festival, Titirimundi, desde 1985. Precisamente, es la entrega de esta ciudad al arte del títere, por la que Francisco Peralta decidió que ésta albergara y custodiara el conjunto de su obra. De hecho, en 2014, se inauguró la Colección Peralta, ubicada en la puerta de Santiago de la muralla de la ciudad, reconvertida desde entonces en un interesante espacio museográfico con variadas actividades.

Los hilos del destino se entrecruzaron y se pudo entretejer un merecido homenaje en su ciudad natal, en colaboración con el Ayuntamiento de Segovia. Así, la XXXIV edición del Festival del Títere de Cádiz, celebrada el pasado mayo de 2017, se dedicó a Francisco Peralta. Igualmente, en el marco del festival, en el Museo del Títere gaditano se estrenó la exposición itinerante Los títeres de Francisco Peralta en Segovia, que fue inaugurada por el propio artista en persona, quien se sintió muy dichoso de volver a Cádiz. ¡Que sea para ti la tierra leve y los hilos de tus bellísimos títeres te eleven hacia la eternidad! /Désirée ortega cerpa

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