Cultura

El futuro ya está aquí

La suma de los ceros de Eduardo Rabasa. Pepitas de Calabaza. Logroño, 2015. 384 páginas. 22 euros

El éxito de cierta literatura adolescente, deudora de la estética del videojuego, ha puesto de moda el término distopía, antes de uso restringido y ahora en boca de escribidores petulantes que lo invocan para dar un barniz de prestigio a sus fantasías más o menos descerebradas. Estas se caracterizan, dejando aparte la forma plana, por ser perfectamente inocuas, en el sentido de que se limitan a mostrar los efectos apocalípticos de conflictos imprecisos o explicados en cuatro viñetas, renunciando a trazar la línea de sombra que une las convulsiones del presente -el futuro ya está aquí, para el que sepa verlo- con las posibles consecuencias derivadas de ellas. Lejos de los subproductos de consumo, el excelente debut narrativo del mexicano Eduardo Rabasa, cofundador y editor de Sexto Piso, devuelve la dignidad a un concepto devaluado y a la vez desmiente, con el ejemplo, la presunta imposibilidad de los novelistas para tratar temas expresamente políticos sin caer en el mamotreto infumable.

Es inevitable relacionar La suma de los ceros con el hecho de que Rabasa dedicara a Orwell una tesis doctoral que analizaba el concepto de poder en su obra, pero el propio autor señala el influjo no menos importante de Huxley -o de Swift, el gran maestro- en el sombrío panorama que dibuja. Residente en un barrio marginal, Villa Miserias, que podría ubicarse en México o en otras partes de Latinoamérica o del mundo, el nada heroico protagonista, Max Michels, compite con otros candidatos -entre ellos Selon Perdumes, artífice de la perversa doctrina del "quietismo en movimiento"- a la presidencia de una comunidad que se presenta como metáfora de la realidad contemporánea. Merece todos los elogios el modo en que Rabasa, manejando reflexiones políticas o filosóficas de calado, las inserta en una trama que no pierde agilidad narrativa.

Entre la farsa y la sátira, con una veta corrosiva que no se limita a los aspectos sociales -abarca también los familiares o los afectivos- y resulta igualmente crítica con los agentes activos o pasivos de una maquinaria que se impone y aplasta a los individuos, la novela de Rabasa plantea temas de fondo como la falacia de la igualdad, la manipulación asumida de modo inconsciente o la ideología imperante en sociedades aparentemente desideologizadas.

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