CINE

El futuro se escribió hace cincuenta años

  • Nicolas Cage es un astrofísico que descubre que unos números de hace medio siglo pronostican el fin del mundo

Del desembarco australiano que está dando savia nueva a un demasiado esclerótico Hollywood (actores como Hugh Jackman, Naomi Watts y Nicole Kidman, directores como Baz Luhrman y cantidad de técnicos más anónimos), Alex Proyas permanece como un caso curioso. Debutó en 1989 con un film Spirits on the Air, que no vio nadie, y su segundo título, El cuervo, levantó más expectación por la muerte de su protagonista Brandon Lee que por sus valores. Hace once años Proyas tuvo la ocasión de resarcirse de sus titubeantes comienzos con un auténtico film de culto, Dark City, donde entraba de lleno en la variante cómic llena de oscuridad y nada complaciente. Pero tras este hito, el australiano (aunque nacido en Egipto) no cumplió las expectativas que esta película generó. Más bien, prefirió entrar en la gran maquinaria de Hollywood y hacer un film tan efectivo comercialmente como Yo robot, a mayor gloria del exitoso Will Smith. Ahora, insiste en este Miércoles Santo, donde el puente adelanta los estrenos, en el fantástico con Señales del futuro.

Un thriller con ribetes de terror en el que se juega con el tema de los avisos en el tiempo, que tanto juego han dado. De hecho, Señales del futuro trata de las cápsulas del tiempo, uno de estos inventos que hace la humanidad de vez en cuando para perdurar. Se trata de enterrar una serie de objetos que serán sacados a la luz en una fecha determinada, como un resto arqueológico orientado. Según parece el primero de estos envíos fue sepultado con material de la Exposición Universal de Nueva York en 1939, con el mandato de que sea exhumado... ¡en 6939! Habrá que ver si alguien se acuerda del encarguito en tal fecha o tan siquiera queda humanidad para abrirlo. Pero volviendo al film, Proyas ha contado con el protagonismo de otro personaje que sabe lo que es dar tumbos en su carrera. Aunque lleva más de veinte años bien encaramado en el Olimpo de Hollywood, Nicolas Cage es capaz de lo mejor y de lo peor. Puede hacer interpretaciones de categoría como las de Leaving Las Vegas y de patrocinar disparates como El motorista fantasma. De hecho, Cage parece últimamente inclinado a hacer cine más palomitero, como la serie de La búsqueda, que a las películas de prestigio que le interesaron al principio de su carrera. Pero ahí sigue incombustible.

Lo que sí es cierto es que Alex Proyas ha refrenado para Señales del futuro su habitual estilo visual y ha hecho un film mucho menos barroco y más pegado a la realidad. La historia arranca en 1959, cuando se inaugura un nuevo colegio de primaria. Como actividad inicial se pide a los pequeños que hagan dibujos para una "cápsula del tiempo" que será desenterrada medio siglo después. Todos lo hacen así, excepto una misteriosa niña que llena sus cuartillas de números aparentemente dispersos que según ella le están dictando personajes invisibles. Cuando llega la hora de abrir la cápsula medio siglo después, uno de los alumnos lleva estos números a su padre, profesor de astrofísica, para que los examine. El científico descubre horrorizado que en su momento presagiaron todos los desastres que han ocurrido en el tiempo en que la cápsula ha estado enterrada. Lo malo es que las cifras no han acabado y parecen apuntar a una inminente catástrofe que supondría el fin del mundo. El profesor intenta convencer a las autoridades, pero por supuesto estas no se creen nada ante la desesperación del hombre.

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