La fiebre amarilla desciende notablemente, el mismo año en que el Salón Manga de Cádiz madura en sus contenidos. La crisis también se ha cebado con el evento gaditano, que ha visto mermada la afluencia de público en 10.000 personas respecto a la pasada edición, pese al repunte que el pasado sábado vivió durante un tramo de la tarde en el que incluso se vieron obligados a cerrar las puertas.

Concretamente, por el recinto de San Felipe Neri han discurrido durante todo el fin de semana más de 6.000 personas el pasado viernes, unas 19.000 el sábado y alrededor de 5.000, ayer domingo, 30.000 en total, frente a las 40.000 del pasado año y a las 50.000 que se esperaban en la presente edición. Así lo confirmaba ayer el presidente de Aniraise, Pepe Torrejón, que pese a todo se mostraba contento con la respuesta y el nivel de satisfacción del público asistente.

"La afluencia de público ha bajado, pero la gente ha salido encantada con las nuevas actividades", señalaba.

Pese a que el evento se celebra con carácter gratuito, Torrejón achaca el descenso de público a la crisis que vive el país. Fundamentalmente en lo que respecta a la llegada de visitas desde otros puntos de España, que sí ha sido menor que en años anteriores. También se ha percibido en la puesta en marcha de algunas iniciativas que requerían aportación económica, como el Torneo de Cartas, "pues el premio es muy cuantioso", esgrimía.

La zona destinada a merchandising -que ganó en número de stands-, ha notado esta bajada, por lo que han vendido menos que otros años.

Pero desde Aniraise, entidad organizadora junto al Ayuntamiento de Cádiz, lo tienen claro. "Vamos a seguir en la misma línea, pues hemos ganado en calidad, gracias a la colaboración de todas las asociaciones de la provincia".