Cultura

Una exposición en recuerdo "al maestro" Manuel Virella en El Unicornio

  • Más de 40 artistas han querido rendir homenaje al pintor fallecido este mismo año en una muestra colectiva que tiene al drago como eje temático

Un repaso a las obras de la exposición en homenaje a Manuel Virella

Como un hombre del renacimiento, con una técnica y generosidad inusitada, como "maestro de maestros". Así definen sus alumnos y compañeros al fallecido artista Manuel Virella que es protagonista de una exposición homenaje que se puede visitar desde esta semana, y hasta el día X, en el Café Unicornio.

Más de 40 artistas -sus alumnos, profesores de talleres en activo hoy día en Cádiz y artistas independientes que se han querido unir a este homenaje- conforman la exposición Virella Ars Dominatur que se exhibe en un lugar también muy señero para el artista puesto que también consideraba su casa este café del Paseo Marítimo.

Coordinada por la artista y alumna de Virella, Amalia Quirós, en la muestra se pueden ver trabajos de esta artista y de Adela Ojeda, Alfonso Arenas, Ángel Olivera, Ángeles Flor, Candi Garbarino, Cari Soto, Carmen Lupión, Catalina Gil, Cecilio Chaves, Cristina López, Diego Vera, Eire MTC, Enma Lápiz, Enrique Aznar, Gloria Ojeda, Guillermo Márquez, Javier Lorente, Joaquin Gª Coronilla, José Alberto López, Julian Gades, Lola Riol, M. Ángeles Morales Lema, María Luisa Rivas, Manuel Martin Morgado, M. Trini Campe, Marcela Passerini, María Antonia Colón, Marisa Bascuñana, Mercedes Sarriá, Miguel Ángel Valencia, Nany Tamayo, Ortiz Ventura, Pedro Macías, Pili Balbuena, Rafael Casado, Rosa Jaques, Rosario Ramos, Susana Alma, Tony Carbonell y Trey.

Obras que giran en torno a una misma temática, el drago, el árbol de la vida, que era también uno de los principales iconos (junto a los unicornios y las meninas de Velázquez) de Virella. Así, encontraremos cuarenta y una interpretaciones artísticas de este árbol cuya savia, que es blanca, se torna roja cuando el árbol es cortado. Dragos desaparecidos como el del Mora, el de las Puertas de Tierra, el del callejón del Tinte... Una reivindicación, de alguna manera, de este árbol que es también uno de los iconos más discretos de la ciudad.

La artista Amalia Quirós, en El Unicornio donde se expone el homenaje a Manuel Virella. La artista Amalia Quirós, en El Unicornio donde se expone el homenaje a Manuel Virella.

La artista Amalia Quirós, en El Unicornio donde se expone el homenaje a Manuel Virella.

"Para unos fue un maestro, para otros, un colega, para el público, un gran artista y para sus alumnos, todo eso y más. Un amigo entrañable y un padre que nos guiaba y corregía nuestras torpes pinceladas", rememora Quirós  que la última vez que vio a su maestro fue "en un encuentro muy bonito en torno al Unicornio que celebraba su aniversario". "Se me ocurrió reunir a los pintores que por allí habían pasado pues fue la primera cafetería que ofreció sus paredes a los artistas. Y ahí estuvo Manolo, a pesar de su mal estado de salud. Los que no le conocían se quedaron deslumbrados con su personalidad amable y sincera", se emociona.

Manolo Virella, como recuerda su alumno más antiguo de la muestra, Enrique Aznar, comenzó en un estudio en en la calle Londres para luego ocupar "un ático precioso" en Granja San Ildefonso; "una azotea que él, con sus propias manos, iba convirtiendo en una especie de parque al estilo Gaudí", rememora Quirós que destaca el interés por la naturaleza de Virella que contagiaba a sus alumnos con la utilización de las plantas "para pintar al natural". "Siempre había frutas y flores para lo bodegones y una mano amable y firme que nos dirigía".

"Nos enseñaba las estatuas del parque, los árboles de la Alameda... Todo eso que a veces los gaditanos no terminamos de apreciar en el trajín del día a día", recuerda de este gaditano nacido en Fuentes de Andalucía (Sevilla) que llegó a pintar una serie de 112 de Torres-Miradores de Cádiz y que no pudo concluir esa otra serie sobre los doce trabajos de Hércules.

Sus amigos le rinden tributo con este “sencillo” pero “sentido” homenaje, que viene a sumarse a aquel que se le dedicó en vida en la Galería Benot, Magistrorum Magister, en 2019.

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