Cultura

El agente que disparó al batería de Los Piratas alega que defendió a su compañero

  • La jueza solicita un informe pericial sobre la trayectoria del disparo y la distancia a la que se efectuó respecto de la víctima.

El agente de la Guardia Civil que disparó al músico Javier Fernández, exbatería de Los Piratas, que falleció como consecuencia de ello, ha justificado este viernes su acción argumentando que consideró que estaba en peligro la vida de su compañero, que había sido abordado por la víctima con unos cubiertos. El agente ha declarado en el Juzgado Mixto número 2 de Ponteareas como imputado por un delito de homicidio imprudente y sólo ha contestado a las preguntas de la jueza y de su abogado. 

El representante legal de la familia, Gerardo Gayoso, que ha estado presente en el interrogatorio, ha detallado a los medios que el agente señaló que las circunstancias hacían necesario el uso de su arma reglamentaria, que sucedió todo "muy rápido" y que "en un segundo desenfundó el arma y disparó". También ha indicado que apuntó a la pierna del músico, si bien el disparo le impactó en la zona del abdomen, y que en las pruebas de tiro a las que se somete dos veces al año siempre ha obtenido una puntuación básica. 

El informe forense determina que el proyectil entró por el hipocondrio izquierdo y salió por el glúteo, y que perforó la vena cava de la víctima, que falleció horas más tarde en el hospital, según ha indicado el abogado de la familia. La jueza ha solicitado un informe pericial sobre la trayectoria del disparo y la distancia a la que se efectuó respecto de la víctima. 

El guardia civil ha negado hoy que entrase en la casa y que efectuó el disparo desde fuera, como también que un amigo del fallecido, de nombre Pablo, acompañara a los agentes en ese preciso instante. En vista de la discrepancia existente al respecto, Gayoso ha avanzado que probablemente solicitará un careo entre testigos. También ha revelado que el abogado del agente que efectuó el disparo ha interesado que se deduzca testimonio de la declaración de Pablo para iniciar eventuales acciones penales contra éste. 

El guardia civil imputado por homicidio imprudente ha reconocido, siempre según la versión del abogado de la familia, que la esposa de la víctima les advirtió a él y a su compañero de que su marido sufría un episodio psicótico, que estaba enfermo y necesitaba medicación. También ha dicho que la mujer presentaba síntomas de "una paliza brutal" y que sangraba por la nariz y la boca, y que habían sido comisionados por una llamada que alertaba de un supuesto episodio de violencia de género, versión que contrasta con la de la familia. 

Gerardo Gayoso ha detallado que la jueza ha admitido "cuatro o cinco" de las 15 diligencias que solicitó el fiscal, entre ellas el historial profesional del agente, no así el historial médico de la víctima. Respecto a la retirada de la medicación que la víctima tomaba por un trastorno bipolar, ha dicho que "no hay nada" en las diligencias de instrucción. También ha señalado que la propia viuda no sabe si el psiquiatra que trataba a Fernández se la había retirado o sólo reducido la dosis. 

El agente de la Guardia Civil llegó diez minutos antes de la citación, prevista para las 09:30, acompañado por media docena de compañeros del cuerpo, de paisano. El interrogatorio se extendió por espacio de una hora, aproximadamente. Ni su abogado ni el funcionario han hecho declaraciones a la entrada y a la salida de los juzgados de Ponteareas.

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