Cultura

El director del talento de cristal

Terror, Italia, 2012, 106 min. Director: Dario Argento. Guión: D. A., Enrique Cerezo, Stefano Piani, Antonio Tentori (Libro: Bram Stoker). Intérpretes: Rutger Hauer, Thomas Kretschmann, Asia Argento, Marta Gastini, Unax Ugalde, Félix Gómez Música: Claudio Simonetti..

Hay directores dañados por la crítica. Unos, como David Lean, por ser incomprendidos. Otros, como Hitchcock, por ser infravalorados. Parece lo lógico que la crítica dañe cuando ataca. Pero lo curioso es que también puede dañar al celebrar exageradamente a algunos directores. Y no me refiero sólo al prestigio otorgado a autores cuya supuesta genialidad es cruelmente corroída por el tiempo, sino a excelentes, incluso brillantes y muy creativos, artesanos que han sido elevados a la categoría de genios. ¿Y cómo puede dañar esto a un director? Pues haciendo que se lo crea y aborde empresas cuyas ambiciones exceden sus fuerzas. Es el caso del gran Sergio Leone, cuya filmografía decayó a la par que aumentaban los elogios a su obra y el presupuesto de sus películas. Nunca superó la trilogía del dólar -Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo- con las cada vez más caras y confusas Hasta que llegó su hora, Agáchate, maldito y Erase una vez América, llenas de grandes momentos pero también de errores.

El caso de Darío Argento es más grave, por tratarse de un realizador de menor talento. Que Argento y Bertolucci (artesano y autor igualmente sobrevalorados) escribieran el guión de Hasta que llegó su hora -inicio del declive por megalomanía Leone- es significativo. La edad de oro de Darío Argento fueron los 70: El pájaro de las plumas de cristal (1970), El gato de nueve colas (1971), Cuatro moscas sobre terciopelo gris (1972), Rojo oscuro (1975), Suspiria (1977) e Inferno (1980). El público lo adoró y la crítica lo exaltó. Y ahí se le acabó la inspiración. Desde entonces no ha hecho sino bajar. Hasta alcanzar los sótanos de este penoso Drácula de barata apariencia, descuidada realización, pésimas interpretaciones y triste resultado. Supongo que algún nostálgico justificará su torpeza, su burdo erotismo y sus imposibles decorados como homenajes a Mario Bava, su antecesor en el giallo -cine de misterio y terror a la italiana-. El que no se consuela es porque no quiere.

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