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Cultura

Se abre el congreso en torno al rey que supo "poner en su lugar" a la lengua castellana

  • Bossong inaugura la VI Semana de Estudios Alfonsíes hablando de los traductores de Toledo

"La Corte de Sabios alfonsí, integrada por judíos, mozárabes y árabes, supone un punto de partida realmente interesante para todos los que se dedican a la historia de la lengua", así presentó el catedrático de Historia de la Lengua Española en la Universidad de Sevilla, Rafael Cano, la VI Semana de Estudios Alfonsíes. El director de la Cátedra de Estudios Alfonsíes, Manuel González Jiménez, que agradeció la participación de las entidades colaboradoras -entre ellas, por primera vez, la Universidad de Cádiz- recordó al recientemente fallecido profesor Montoya Martínez y apuntó que la Cátedra es " la única institución estable en el mundo que contribuye al culto intelectual de la figura de Alfonso X".

Precisamente, el rey que Georg Bossong escogió como objeto de sus estudios juveniles y al que, manifestó, "ha regresado de tanto en tanto". Bossong, catedrático de Filología Hispánica de la Universidad de Zurich, habló en su conferencia inaugural de la Creatividad lingüística en las traducciones alfonsíes del árabe. "Hechas por judíos que sentían repugnancia por el latín -explicó el estudioso-. Los colaboradores hebreos de la Escuela de Toledo preferían transmitir los conocimientos en la lengua vulgar, común a todos, y no sólo en la lengua de la Iglesia cristiana".

Con la gran labor alentada por Alfonso X, el castellano pasó de ser una lengua de registro fundamental a una de registros elaborados. Una evolución que se da siempre bajo un impulso de "aculturación": bajo la influencia de modelos de lenguas existentes.

Durante el reinado alfonsí, se elaboró la primera prosa especializada en castellano -la siguiente ponencia, a cargo de Julio Samsó, trataría precisamente el tema de la aparición de una prosa científica castellana-. Es en esta época, también, cuando aparecería la primera prosa narrativa en castellano -la traducción de Calila e Dimna-. Se acometió una empresa de traducción tal que la realizada en catalán por Ramón Llull. Y confluyeron dos puntos reseñables en la elaboración de la futura morfología del español: la influencia de judíos traductores y el peso del latín y el árabe como modelos lingüísticos.

"Es decir -apunta Georg Bossong- que la norma del castellano se alzaría sobre dos modelos muy distintos filológicamente: el indoeuropeo y el semítico".

"La influencia del árabe se dejó sentir en los primeros días del español -comenta-. En árabe, las palabras se forman a partir de una raíz de tres consonantes en torno a la cual son posibles innumerables adicciones. El collar de la paloma, del cordobés Ibn Hazm, en realidad debería ser La paloma collarada. Y el término 'collarado', por ejemplo, lo encontramos hasta 14 veces en el Calila e Dimna".

"En Los libros del saber de Astronomía aparecen palabras como 'orientamientos' y 'occidentamientos' -prosigue Bossong-. De hecho, un superviviente de esta norma es 'enderezamiento'. Que podría ser precisamente el lema de esta semana, ¿no es Alfonso X el rey que enderezó, que puso en su lugar correcto, al castellano?", se pregunta.

"En general, este tipo de evoluciones terminaría adoptando su forma más culta, latina -concluye el catedrático-. Tal que el 'ecuador', que no viene a ser más que el igualador".

Otro buen lema alfonsí.

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