Cultura

Un centenario ilustre

  • 2012 ha servido para conmemorar, con más sombras que luces, los cien años del nacimiento del histórico tocaor Esteban de Sanlúcar

Ha finalizado 2012, año en el que hemos celebrado, con más pena que gloria, el centenario del nacimiento del guitarrista flamenco Esteban de Sanlúcar, tocaor y compositor de una capital importancia que influyó en varias generaciones de guitarristas, en intérpretes como José Luis Rodríguez, Rafael Riqueni, o en nada menos que Paco de Lucía quien ha dejado grabado, y lleva en su repertorio, varias creaciones del genial Esteban.

Como siempre, seguimos sin hacer justicia a la memoria de los personajes relevantes de nuestra tierra, a aquellos que llevaron durante toda su vida el nombre de nuestra ciudad, Sanlúcar, como apellido artístico. Si, a esos sanluqueños que por donde quiera que pasaban eran considerados cuasi dioses, recibían honores como si de reyes se trataran, eran amados, respetados, queridos e idolatrados por las masas, mientras en su propia tierra se les pagaba con el olvido, el desconocimiento, la desidia, el pasotismo absoluto, en definitiva con el desprecio más canallesco hacia su persona y su obra.

Este es el caso, evidente y desgraciadamente, de nuestro paisano Esteban Delgado Bernal, Esteban de Sanlúcar, que de seguro, si levantara la cabeza, lo primero que haría sería cambiar su apodo por el de Esteban de Chipiona, o de Jerez, o de Trebujena, o de Rota, o de Sevilla, cualquiera menos el de la tierra que lo vio nacer, allá por febrero de 1912, en el Castillo del Espíritu Santo.

No podía dejar pasar esta última ocasión, justo en la entrada del nuevo año, para volver a reivindicar, ante todos los sanluqueños, la figura de uno de sus paisanos más ilustres, que destacó precisamente en el arte flamenco, ese Patrimonio Inmaterial de la Humanidad del que tanto presumimos, esa seña de identidad que tanto vendemos cuando nos conviene, pero a la que le prestamos la mínima, por no decir nula, consideración. Y esto es tan desgraciadamente cierto, como que ahí tenemos aún sin inaugurar una plaza con el nombre de Guitarrista Esteban de Sanlúcar, a pesar de estar adjudicada y hecha la correspondiente placa de azulejos desde el mes de febrero, he dicho bien, febrero señores (por cierto, infinitas gracias e infinito perdón a Cerámica Verónica a la que aún no se ha retirado, ni pagado, el trabajo). Tan patentemente cierto como que se pidió para Esteban, y se nos prometió reiteradamente, es decir, varias veces, la concesión de la Insignia de Oro de la ciudad para el pasado mes de octubre, como culminación de los actos celebrados por el centenario, y todo se ha quedado en nada de nada, en agua de borrajas, en aire, en humo que el viento disipa. Ahora comprendo lo de inmaterial que, de forma tan rimbombante, acompaña al patrimonio de la humanidad.

Afortunadamente no todo es negativo, siempre hay una excepción, la que confirma la regla, y en esta ocasión la confirman un par de instituciones privadas sanluqueñas, que en su momento se harán públicas, pues van a financiar la publicación de un libro que narra la vida y obra de Esteban de Sanlúcar, el cual verá la luz, si nada se tuerce, en febrero próximo, coincidiendo con el 101 aniversario de su nacimiento.

Queda también pendiente para 2013, la edición de un doble CD con los toques de Esteban, tanto en acompañamiento como en solitario, gracias a la labor de recopilación del sevillano Manuel Cerrejón y la mía propia, financiado esta vez por estamentos ajenos a nuestra ciudad. Confío en que pronto se presentará al mundo flamenco y podremos gozar de la genial obra musical de nuestro paisano.

Gloria y memoria a Esteban de Sanlúcar.

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