Cultura

El catavenenos ha vuelto a la ciudad

  • José María Izquierdo presenta en Cádiz su nueva antología de las invectivas de los periodistas más jaleados en medios conservadores, a la que ha llamado "Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna"

Ayer, tarde de tronío en la APC con lleno en los tendidos. Acompañando al primer espada, José María Izquierdo, el catavenenos de Chamberí, cuatro figuras gaditanas del oficio que nos convoca, a saber, Carmen Morillo, Juan José Téllez, Jorge Bezares y Óscar Lobato. El ganado a lidiar es una estampida de diversos hierros pero con un mismo tronco genético que Izquierdo ha encerrado en un corral, Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna. Un libro preñado de ruido y de furia. Como ya hizo en su anterior visita a esta plaza para presentar Los cornetas del apocalipsis, Izquierdoha recopilado las más espectaculares cornadas del ruedo ibérico, una antología de exabruptos.

Dijo el catavenenos: "Nos congratulábamos de que durante la Transición el único partido de la ultraderecha fuera una miseria como Fuerza Nueva. Nos decíamos mirad cómo están en Francia. Qué equivocados estábamos. Somos unos torpes. Porque esa extrema derecha existía y, al no tener donde alojarse, fueron acogidos en el PP, donde cabe todo, desde el sensato conservador hasta el centrista. Y también la extrema derecha. Ahora nos la vamos a tener que tragar".

Porque en este compendio de frases faltonas recogidas con esmero de los foros más selectos del odio está, según Izquierdo, ese ultrismo sociológico liderado por algunos que pertenecieron a la más enconada izquierda en su mocedad, lo que Lobato llamó el 'efecto Damasco', en alusión a la conversión de San Pablo: "No me extraña- razonó Izquierdo-. Cuando eran jóvenes (citó a Jiménez Losantos y Pío Moa) tenían como catecismo el Libro Rojo de Mao y ahora hacen igual, agitan otro catecismo. No quieren pensar, no les gustan las dudas ni los grises en el pensamiento". Fue más allá: "Su ignorancia es enciclopédica".

Carmen Morillo, que recordó algunos pasajes salvajes del libro, le preguntó si hay que ser tolerante con los intolerantes e Izquierdo dijo que sí, que hay que ser tolerantes y, al tiempo, denunciarles. Bezares advirtió que detrás de todo esto hay un negocio, no un buen negocio, pero sí un negocio y señaló el tamayazo que le dio la presidencia a Esperanza Aguirre, que vendría a ser la musa de esto que Izquierdo ha bautizado como caverna. E izquierdo dijo que sí, pero que era posible que Mario Conde o Miguel Durán ("multimillonario por las concesiones de apuestas en Internet") fueran algo más que contertulios. Téllez mostró su azoramiento porque ahora, con las televisiones públicas jibarizadas y las privadas vendiendo carnaza, esto va a ser un solo de cuerda. Le preocupa al catavenenos: "Igual que hay chavales que hablan como los de Gran Hermano, empieza a verse en barras de bar gente que habla como en las tertulias de Intereconomía. Eso significa que algo está calando".

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