Cultura

Más caros y peor publicados

  • La actual cantidad de títulos va reñida, en muchas ocasiones, con la calidad de impresión y traducción

No es que sean un artículo de primera necesidad, pero al igual que todo, el cómic está cada día mas caro. Recuerdo, y no hace mucho de esto, cuando por menos de veinte duros se podían conseguir una buena cantidad de títulos; rozando la nostalgia incluso podría nombrar varios quioscos donde, por pocas pesetas, se "cambiaban tebeos".

Antes, las novedades mensuales de la pocas editoriales que existían podía nombrarlas de memoria cualquier aficionado, hoy es prácticamente imposible acordarse del cincuenta por ciento de los títulos. El mercado se ha saturado, se está publicando mas que nunca -lo cual no es malo, por supuesto- pero sí hace que el aficionado se vuelva mucho mas selectivo y exigente.

Ahora cada mes es como si hubiera un salón del cómic en Madrid o Barcelona. Porque antes era el acontecimiento que todos esperábamos con ansia, pues era la fecha en que salían todas las novedades para el próximo año o colecciones y números especiales que amparados en otro marco comercial no habrían visto la luz.

Hoy las grandes editoriales (Panini, Norma, Planeta y Glenat) compiten en su cita mensual de publicaciones por ver quién consigue tener mayor espacio ocupado en las estanterías de las librerías especializadas.

Esto tiene varias consecuencias para el producto, la primera y más apreciable es que la persona que compra tebeos escoja con más cuidado lo que quiere leer. Ese aumento en los precios de portada hace que ya no pueda ser como antes, cuando se podían comprar todas o casi todas las novedades de una editorial aunque fuera simplemente por afán coleccionista. Ahora ciertamente el aficionado tiene más medios a su disposición para saber con antelación si le va a gustar o no el cómic-book o el álbum europeo de (12 a 15 euros mínimo) que se lleva para casa. Gracias a Internet, a lo foros y blogs se puede conseguir tener una idea bastante clara de lo que nos van a contar en sus viñetas y de si merece la pena hacer el esfuerzo del desembolso y de buscarle un sitio en nuestras estanterías (aunque el problema de la falta de espacio sea otra historia a tener en cuenta).

Y la segunda consecuencia sería el detrimento en la calidad del producto, pues todas las editoriales (y las grandes en mayor medida, de manera proporcional a lo que publican) están acarreando últimamente una serie de errores de impresión, maquetación y traducción a niveles que rozan el escándalo. Prácticamente no hay un mes en que algún título de una u otra no tengan páginas repetidas, en blanco, pegadas o incluso con la portada invertida.

Continuamente llegan comunicados a los medios de venta para que retiren del mercado alguna tirada que haya sufrido las inclemencias de las prisas o la dejadez.

Si bien antes, al encontrarnos con una circunstancia parecida, podíamos calificar a la publicación como de "ejemplar de coleccionista" a día de hoy lo extraño es hallar un cómic sin trabas de ninguna clase.

Uniendo el hecho de la cantidad de cómics que por media se publican periódicamente en esa carrera por copar el mercado, a la pequeña plantilla de profesionales que tienen las editoriales (incluso las grandes) y a trabajar con imprentas en Asia para reducir costes, no debería de extrañarnos todo este resultado.

Y si ya el ejemplar no llegara bastante marcado al salir de la imprenta, las distribuidoras se encargan de darle su ultimo toque personal al destrozar, arrugar, manchar o doblar los cómics antes de que lleguen al punto de venta. Si es que llegan en su fecha.

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