La última entrega de Batman, El caballero oscuro, arrasa en las taquillas a ritmo de récord mientras acumula desgracias fuera de los cines, lo que ha hecho que en Hollywood se hable ya de una maldición.

Los actores Christian Bale y Morgan Freeman han sido afectados por esa maldición, algo especialmente dramático en el caso de Heath Ledger. Su interpretación del trastornado y maléfico Joker es considerada por muchos en la industria del cine como una de las mejores actuaciones del año y podría valerle una nominación en la próxima gala de los Óscar. Ledger, sin embargo, nunca subiría a recoger la estatuilla ya que falleció trágicamente por una sobredosis accidental de pastillas el pasado 22 de enero en Nueva York.

La desgracia de este joven australiano conmocionó a Hollywood, aunque no fue la primera defunción del personal que trabajó en El caballero oscuro.

Un técnico de efectos especiales perdió la vida en septiembre de 2007 después de que el camión en el que viajaba chocase contra un árbol cuando transportaba material para unas escenas que se iban a rodar en Reino Unido.

En tiempo de postproducción, en febrero de 2008, los estudios Warner Brothers sufrieron un nuevo sobresalto cuando el actor y cantante de Hong Kong Edison Chen, miembro del reparto, se vio envuelto en un escándalo de pornografía en internet, al filtrarse en la red fotos suyas de contenido sexual.

Los infortunios parecieron llegar a su fin cuando el 18 de julio la nueva aventura de Batman debutó en los cines de Estados Unidos con unos resultados históricos. La cinta del hombre murciélago se convirtió en la más taquillera registrada hasta el momento tras su fin de semana de estreno, en el que ingresó 155,3 millones de dólares (algo más de 100 millones de euros al cambio de hoy), y batió la marca de establecida en 2007 por la tercera entrega de Spider-Man.

El caballero oscuro, que congregó a miles de seguidores en los cines de todo el mundo, ha sido el rey absoluto de la taquilla durante las últimas tres semanas en EEUU, y necesitó sólo 18 días para superar los 400 millones de dólares (259 millones de euros) en venta de entradas. La última entrega de Batman ha sido la más rápida en rebasar esta cifra mágica que está al alcance de muy pocos filmes en EEUU, un récord que ostentaba Shrek 2 (2004), que tardó 43 jornadas en superar esta cantidad.

Mientras en la Warner se frotaban las manos, el gafe que persigue a El caballero oscuro volvió a cruzarse cual gato negro en el paseo triunfal de esta cinta.

A finales de julio, Christian Bale fue arrestado acusado de agredir a su madre y a su hermana. El protagonista de Batman fue puesto en libertad bajo fianza y pudo llegar a tiempo a la presentación de la película en España.

El último susto lo ha dado el ganador de un Óscar Morgan Freeman, que encarna al asesor de Bruce Wayne, el alter ego de Batman, en el filme. La noche del 3 de agosto el veterano actor de 71 años sufrió un aparatoso accidente de tráfico que estuvo a punto de costarle la vida cuando el vehículo que conducía se salió de la calzada y dio varias vueltas de campana.

Freeman, que obtuvo una estatuilla por Million Dollar Baby (2004), fue operado de varias fracturas y los médicos tuvieron que unir los nervios y los tejidos de un brazo y una mano. El intérprete se recupera de sus lesiones con "buen ánimo", según afirmó su representante, el mismo espíritu con el que los productores de afrontan la recta final del año.

La película aún tiene que estrenarse en mercados importantes como Japón o Corea del Sur, y en Warner cruzan los dedos con la esperanza de que el poderoso superhéroe de la taquilla encuentre la manera de derrotar a su enemigo más real, la mala suerte.