Director: Manuel Fernández Valdés. España, 2012.

Incluso en la dictadura, las relaciones España-Cuba siempre se han considerado un asunto de familia. La guerra de la independencia de la isla fue uno de los desastres del 98 de hace dos siglos, dejándonos un dicho para lamentar cualquier pérdida. De nuestro espejo caribeño sabemos mucho los gaditanos pero también los gallegos, que comparten con los cubanos un agitado corredor inmigratorio de ida y vuelta. De lazos familiares y visitas de cortesía entre estas dos orillas trata este dinámico y entretenido documental, donde el ámbito de lo privado se convierte en público cuando los huéspedes son personajes políticos de relevancia, aunque en medidas distintas según lo marcado por el destino.

En este trabajo resulta de vital importancia la labor de archivo y estudio previo de las imágenes conservadas que han dado pie a las entrevistas realizadas a los implicados. Se contrasta así la memoria personal y subjetiva del recuerdo, con la general y objetiva del soporte, demostrando que la realidad difiere de su percepción. Resulta fundamental el hilo conductor de la voz en off, que comenta, explica, presenta o describe en un tono narrativo irónico tanto los acontecimientos como la realización del documental, en un divertido juego de mise en abîme donde hasta el propio realizador forma parte de la galería de figurantes. Aparte del análisis político, que vuelve a señalar, parafraseando a Muñoz Seca, que los extremeños -perdón los gallegos- se tocan, subyace de manera inevitable el tema de nacimiento de los mitos. Queda claro que estos, ya sea de Santiago Apóstol o del Che Guevara, se construyen a partir de recortes, así que esta crisis dará para muchos.