Con un montaje que deja entrever al público la parte creativa de la construcción de un espectáculo y que juega con lo infinito de la imaginación, el bailaor y coreógrafo Manuel Liñán cerró ayer la segunda edición del Estival Flamenco en el Castillo de Santa Catalina. En compañía de David Carpio (al cante) y Manuel Valencia (al toque), Liñán acercó a la noche gaditana su Baile de autor: una propuesta de carácter intimista que estrenó en el pasado Festival de Jerez y en la que caminó sobre zapateados, malagueñas, tangos, soleares , bulerías y cantiñas.
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