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Cultura

El abuelo que expuso a los 85

  • Juan López Piñero inauguró ayer su primera muestra en un acto sorpresa arropado por toda su familia desde la Sala de Exposiciones de El Pópulo

"No veas abuelo la que hemos liado", decía ayer una de las nietas del pintor Juan López Piñero, nada más poner un pie en la Sala de Exposiciones de El Pópulo. A sus 85 años, inauguró en este espacio su primera muestra individual, Expresiones a los 80, a modo de fiesta sorpresa. Un merecido homenaje al "abuelo, que le llamamos", decía su hija Toñi, una de las impulsoras junto a sus hermanos Javier y Juan Manuel del bonito gesto, que rápidamente fue arropado por el resto de su familia y amigos. Todos estaban allí para recibir entre aplausos y alguna que otra lágrima de emoción al cumpleañero, un jubilado de Construcciones Aeronáuticas que hace dos años descubrió esta vocación de pintor, cuando se matriculó en la Academia Estudio Bahía Blanca de Cádiz.

"Lo he descubierto tarde y mi profesor dice que es una pena", comentaba con orgullo el artista, "Aunque tengo antecedentes. Me viene de mi padre, que era pintor decorador e hizo algunos cuadros para mi casa". No se ha quedado atrás en su afán pictórico su hijo, Juan López, pues en apenas dos años ha elaborado nada menos que más de 20 obras, que ahora cuelgan de las paredes de este espacio municipal, ante su asombro y constantes palabras de agradecimiento. "Ahora entiendo por qué mi nieta se llevó todos mis cuadros. Decía que le iba a hacer fotos", reflexionaba ante la risa cómplice de los suyos.

Si bien, no toda su producción se encontraba en el taller que el pintor novel ha montado en su casa. Su generosidad hace que todos tengan un 'Juan López' en su casa. "Es que lo regala todo. Pinta para regalar, nada de vender", decía su hija Toñi. De modo que tocaba "recopilar obra. Tiene cuadros hasta en Francia, en casa de unos familiares".

"Éste fue el primer cuadro que hice para mi hijo Javi. Es de la Caleta", señalaba con un índice tembloroso. "Estoy nervioso". "Éste es el segundo", continuaba ante la mirada atenta de todos, mostrando el dibujo de unas rocas en medio del mar. Y el tercero, "la joya de la corona", que es la imagen del cartel anunciador de esta muestra que podrá verse hasta el 19 de marzo, pertenece a una de las bellas torres miradores cuyo esplendor ha sabido captar maravillosamente el abuelo. "La verdad es que me salió bien", reconocía.

Son paisajes de Cádiz, de su playa, de entornos rurales e incluso retratos. Piezas de gran valor, comentaba una de sus grandes admiradoras, su hija, que ponía de manifiesto "este trazo tan delicado realizado a su edad". "No es porque sea mi padre, es que tiene mucho mérito y por eso pensamos en hacerle algo. Me comentaron que lo hiciera a través del Ayuntamiento y la verdad es que nos apoyaron desde el principio". Un sueño, una vocación convertida en realidad.

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