Cultura

La 'Yerbas' murió envenenadita

Autores: Miguel Mihura y Álvaro de Laiglesia. Dirección: Amelia Ochandiano. Reparto: Isabel Ordaz, Ismael Martínez, Lola Baldrich, Francesc Albiol, Santiago Nogués, Mamen Godoy, Sandra Ferrús. Día: Sábado 23 de agosto. Lugar: Patio Porticado de San Luis Gonzaga, El Puerto. Aforo: Lleno.

Más de 60 años han pasado (1946) del estreno de este clásico del teatro español que escribió Miguel Mihura en colaboración con Álvaro de Laiglesia, uno y otro egregios amigos y copartícipes también en la ocurrente revista de humor gráfico y literario La Codorniz.

La revisión que hace de la obra la perseverante directora de Teatro de la Danza de Madrid Amelia Ochandiano, nos transporta con los medios de hoy día a los años 40 del siglo pasado sin que la temática haya perdido ni un ápice de vigencia. La recurrencia a lo onírico mezclado con los líos de faldas siempre genera plusvalías que se traducen en aplausos.

El autor ya advirtió que era una comedia romántica y suspense, pero que contiene también parte de crítica amarga. Incluso se permite jugar un poco con la tragedia y el humor negro, al estar latente en la representación el asesinato por envenenamiento de la protagonista. Una de las características de Mihura es no permitir a los personajes vivir el amor como una pasión.

La obra trata sobre una mujer de mediana edad y de clase media burguesa -a la que da vida Ordaz- que, aburrida de su matrimonio, comienza a leer novelas de aventuras, tras lo cual se sumerge en un sueño en el que realidad y ficción comienzan a mezclarse.

La popular Yerbas está divertida y sumamente histriónica, muy teatral; se mueve de un lado al otro del escenario; y hasta en un momento dado parece huir del mismo y sale corriendo hacia el patio de butacas como si quisiera escapar de una pesadilla. No es para menos. Mercedes, su personaje, tiene un sueño premonitorio en el que su marido -el excesivamente vocinglero Francesc Albiol- la mata para casarse con su secretaria. La Ordaz es el alma de la función destacando por encima del resto del elenco.

La banda sonora es una selección de música de los 50 y es muy americana, algo que enlaza con el personaje de Norton, el indio del que se enamora la protagonista. Vemos la fascinación y la idea romántica que entonces se tenía del modo de vida americano.

Es una verdadera pena que la escenografía no pudiera contemplarse al completo al igual que ha ocurrido con otras representaciones del Festival. Imaginamos que la organización habrá tomado la debida nota para evitar estos contratiempos en el futuro. El Festival de Comedias cerró su telón invitando a la concurrencia a una taza de leche con veneno y canela, en donde la Yerbas murió muy envenenadita.

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