La nueva comedia española para las masas sigue tirando de los éxitos teatrales en su proceso de revitalización previo paso por los despachos televisivos y las agencias de casting. Le llega ahora el turno al vodevil francés de Laurent Baffie estrenado en 2005 y presentado en su versión española en 2009, una pieza cómica de corte clásico e identificaciones primarias a costa de los diferentes trastornos obsesivo compulsivos (TOC) de seis personajes encerrados en la sala de espera de la consulta de un prestigioso terapeuta.

La versión cinematográfica de Vicente Villanueva (Lo contrario al amor, Nacida para ganar) reúne a un elenco cómico de lujo para desplegar un particular y ligero huis clos de mecánicas de ritmo, gestualidad extrema y mucha (demasiada) palabrería, apenas aireado por un prólogo para la presentación de cada personaje, posiblemente lo mejor de la función, y ocasionales flash-backs en prevención del asomo de lo teatral, algo que también se apunta en una cierta tendencia a la sobredirección y en el uso abusivo y protector de la música y el montaje.

Con un arranque fulgurante y preciso, Toc, toc empieza a perder fuelle y matices una vez superada su mitad y revelado un cierto estancamiento de ideas y gags. Con todo, será difícil que los espectadores no encuentren satisfacciones y complicidades en el perfil desquiciado y el trabajo de alguno de sus seis intérpretes. A tenor del risómetro de la sala, Paco León, Alexandra Jiménez y Rossy de Palma tienen garantizada barra libre para la próxima.