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Cultura

Veinticinco años de bella polifonía

Una vez más, el Gran Teatro Falla se inundó de bellas voces que recordaban los veinticinco años de la Coral Universitaria de la UCA. Y este ejemplar grupo amateur lo celebró con un concierto que supuso una original puesta en escena, ya que el conjunto dividió su actuación en tres partes, cada una dirigida por cada uno de sus conductores que lo han sido en el curso de su andadura.

El programa se inició con un primer bloque de seis obras muy variadas bajo la batuta de Marcelino Díez, que, partiendo con una preciosa canción de Juan Vásquez, compositor español del XVI, comprendió obras de Durango, Mendelssohn y Poulenc, cerrando la ejecución con el popularísimo Vito, que no podía faltar en una conmemoración sentimental como ésta. El alegre comienzo, dado el carácter de la mayoría de estas composiciones, levantó el espíritu del público, que respondió con nutridos aplausos, que el director, que lo fue hasta 1990, siempre pulcro y sobrio, agradeció con el comedimiento que lo caracteriza.

La fracción siguiente correspondió a José Luis López Aranda, que dirigió, con mesura y buen gusto, obras de Monteverdi, que sonó solemne y suavemente matizada, seguida de Tres Epitafios, de Halffter, todo un juego sentimental y melancólico, Mendelssohn, Kodaly y Mathyas Seiber, destacando éste con Había un viejo en un árbol, vital, rápida y alegre, finalizando su actuación con una canción folklórica, Az já pojedu, que imagino húngara, y que el director acompañó al piano en medio de sugerentes gorjeos pajareros y ladridos de perro que salían del coro. Todo ello un desafío musical jubiloso que logró estupenda afinación y matiz preciso. Cerró el concierto con el último lote de obras el actual director del Coro, el talentoso y joven Juan Manuel Pérez Madueño, que comprendió canciones de Elgar, (también acompañada inicialmente al piano por López Aranda), Étienne Daniel, López Aranda, Davenport y Bernstein. De este último, Tonight y la pícara America, de su tan famosa ópera West Side Story. El recital cerró con la jarcha Libertad sin ira, ejecutada con medida mesura, sin estridencias. El público premió ambos grupos de intervenciones musicales con entusiastas aplausos.

El acto finalizó, dándole así especial realce, con un emotivo discurso de un representante de la coral en homenaje a cada uno de los arriba mencionados directores del conjunto coral, al igual que destacando la iniciativa universitaria que hizo posible el nacimiento y desarrollo del grupo, discurso que el rector, Diego Sales, presente junto a la Vicerrectora de Extensión Universitaria, Marieta Cantos, respondió con agradecidas palabras.

En síntesis, una sesión exquisitamente cuidada y hermosa, que debería originar un justificado orgullo a los aficionados gaditanos, no siempre solidarios con estas iniciativas artísticas. Un lleno de sólo el setenta por ciento de la capacidad de la sala no parece suficiente. Es fundamental que todos apoyemos con fervor y constancia estas expresiones polifónicas que exigen permanente dedicación para un puñado de amateurs ejemplares que, formados y ensayados por talentosos profesionales, constituyen todo un ejemplo para nuestra provincia.

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