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FIT | Trébol Teatro crítica

Pasados por agua

  • Los cubanos de Trébol Teatro traen al festival su obra 'Jacuzzi'

Una escena de la obra 'Jacuzzi'.

Una escena de la obra 'Jacuzzi'. / Jesús Marín

El grupo cubano Trébol Teatro lleva catorce años creando espectáculos dirigidos, principalmente, al público joven. Jacuzzi, el montaje que ha traído al FIT de Cádiz, insiste en esta línea y es, a su vez, un retrato de la situación sentimental y social que vive la juventud de Cuba, que se debate entre el conformismo, la disidencia activa o la migración. La obra tiene, por tanto, un marcado carácter reivindicativo e invita a los espectadores a participar de una experiencia que los integrantes del grupo, como muchos de sus compatriotas, viven en primera persona.

El espacio escénico, compartido con parte del público, reproduce el cuarto de baño de un apartamento nuevo de La Habana. En medio, un jacuzzi que no lo es porque no pasa de simple bañera, como los mismos personajes reconocen. Este baño, cuadrado y delimitado por barras, es también un cuadrilátero en el que se va a dirimir una tensa batalla por la amistad, el amor y los conflictivos sentimientos que genera la situación política de Cuba.

El artífice de la propuesta es Yunior García Aguilera, autor, director, escenógrafo y actor protagonista de la obra, una voz comprometida de la escena teatral y cinematográfica cubana. El resto del elenco lo completan Víctor Garcés Rodríguez, Yanitza Serrano Garrido y Heidy Torres Padilla. Ambas actrices se turnan para dar vida al personaje de Susana. El pasado miércoles pudimos ver en escena a Heidy Torres, que dio la talla en su interpretación de una mujer joven que vuelve a Cuba, junto a su novio también cubano, para recuperar sus raíces después de años viviendo en Italia. El tercero en discordia es el antiguo novio de Susana, un escritor inconformista y atormentado que no ha dejado Cuba. Los tres son antiguos amigos y su reencuentro hace saltar chispas. Las emociones, los rencores, las frustraciones y las cuentas pendientes entre ellos salen a flote dentro de esa simbólica bañera. De ella salen los dos migrantes que vuelven a Cuba, tras permanecer bajo la espuma hasta su primera entrada en escena –nos sabemos cómo aguantan la respiración durante tanto tiempo–.

Los personajes salen y entran de ese falso jacuzzi en un constante ir y venir desde el terreno seco de sus vidas cotidianas al resbaladizo espacio de sus emociones e inquietudes. Los tres representan posturas diferentes ante la realidad cubana y se muestran indefensos ante una situación que los sobrepasa.

Jacuzzi es una propuesta sencilla y directa, que intenta abordar con franqueza problemas latentes de la sociedad cubana de dentro y fuera de la isla. El elenco, pasado por agua durante toda la representación, la defiende de forma apasionada y se emociona ante los aplausos del público.

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