Diez canciones, una por cada año. Tres nuevas composiciones. Tres regalos. Confieso que he sentido (a la venta desde ayer) es el sexto álbum del músico e intérprete Manuel Carrasco que nos atiende con naturalidad, con soltura, esa que ha ido aprendiendo aquel tímido chico de Isla Cristina cuya cara y cuya voz comenzó a hacerse conocida en un programa televisivo. Mucho ha llovido desde entonces. Y mucho ha crecido. Pero algo no ha cambiado. Carrasco sabía entonces lo que quería y lo sabe ahora.

-Han pasado diez años desde esa petición que le hizo al público, 'Quiéreme', ¿ha conseguido ese cariño?

-He conseguido mucho más de lo que esperaba, mucho cariño, mucha complicidad. Siento como un regalo todo lo que me trasmite la gente en torno a lo que le pueden transmitir mis canciones. Para un autor como yo de canciones que una canción pueda acompañar en los buenos y malos momentos a la gente es precioso.

-Que haya pasado una década, ¿da vértigo?

-No da vértigo, la sensación que tengo es de decir, "oye he dado los pasos que creía que tenía que dar en cada momento y los he dado firmemente aún sabiendo que a veces me he podido equivocar". He intentado en todo momento mostrar mi verdad más verdadera, intentar cantar y transmitir lo que llevo dentro y eso me hace mirar atrás y sentirme orgulloso. Siento que he hecho lo que tenía que hacer.

-Cuando uno se pone a armar un disco como éste, ¿vienen a la cabeza muchos recuerdos?

-Muchos, infinidad. Me he acordado mucho de los momentos de composición, cada canción me ha hecho vivir diferentes experiencias y vivencias. Me ha hecho ver, o al menos recordar, que desde mis comienzos había ya una apuesta clara por lo que yo quería hacer, ya había un lenguaje muy mío, o así lo siento yo. Independientemente de lo que haya podido ampliar a nivel conocimiento, que eso se nota en las canciones, había ya una personalidad clara y eso me hace ver que, en cierto modo, esa vocecita de dentro que yo escuché en su día, ya tenía fuerza.

-¿Qué papel ha jugado el lenguje musical andaluz en la formación de su personalidad artística?

-Andalucía es mi raíz, mi identidad y su música es la que más me mueve por dentro. El mar está en mis canciones, al final uno escribe teniendo muy presente todo lo que ha vivido, la infancia, por ejemplo, esas cosas marcan mucho, y luego todas las cosas que se ha ido sumando. Pero, por ejemplo, el flamenco ha sido la música que ha mecido mi cuna y eso está ahí, en el color de mi voz, en mi manera de sentir, de cantar, con tanta pasión, y a la hora de escribir también se nota esa pasión que creo que es algo muy distintivo que tenemos los andaluces.

-¿Y el Carnaval?, ¿cómo le ha influido?

-El Carnaval ha sido una influencia plena porque fue la primera musicalidad con la que yo me empecé a realizar como músico y como persona. El Carnaval es un lugar donde compartir con todos mis amigos, y lo sigo haciendo porque incluso colaborando con una agrupación de unos colegas con el repertorio. Es algo que me apasiona mucho, que me une mucho a mis raíces. Pero sí es curioso, que mi música y mi manera de cantar no tienen nada muy directo con lo que es la musicalidad del Carnaval.

-Y a las tablas del Concurso del Falla, ¿subiría alguna vez?

-(Ríe) Nunca se sabe... Te digo la verdad ahora disfruto más del Carnaval que antes, porque el Carnaval es un mundo que mueve muchas pasiones, mucho veneno, lo sabes. De los nueve años que salí en el Concurso de Carnaval de Isla Cristina, que no llegué nunca a pasar a una final, tengo recuerdos de momentos buenos pero también muy estresantes, del tema del concurso, de los piques entre unos y otros... Así que ahora disfruto de todo lo bueno del Carnaval desde la distancia, pero una distancia muy cercana.

-Volvamos a 'Confieso que he sentido'. No opta por un recopilatorio al uso, graba las canciones de nuevo, ¿por qué?

-Evidentemente no hubiera hecho un recopilatorio al uso porque no le hubiera encontrado sentido. Lo que más me emocionó de este proyecto es poder trabajar con Martin Terefe, pues llevaba siete años queriendo trabajar con ese productor. Sabía que íbamos hacer algo diferente, que no iba a perder mi identidad pero a la vez con un sonido que yo siempre he buscado mucho, un sonido como muy añejo pero a la vez muy actual. Hemos trabajado como se trabajaba antiguamente con elementos muy analógicos, y ese tipo de sonido más sesentero y setentero me gustaba. Ese sonido ha hecho que las canciones, incluso las del principio, tengan otro rollo y conecten más con la persona que soy ahora. Las canciones las hemos ido grabando de un tirón y todos a la vez, todos conectaditos, cabía la improvisación, no había miedo a la hora de grabar, había un concepto simplemente y luego dejarnos llevar. Yo estaba, entre comillas, muy tranquilo porque sabía con los músicos que estaba trabajando así que yo sólo quería aprender, empaparme de lo que ellos le iban a dar de nuevo a mis canciones. Ha sido una producción a la vez muy sencilla pero muy emocionante.

-¿Cómo le gustan más las canciones?, ¿vestidas o desnudas?

-Yo me divierto cuando empiezan a vestirse, pero cantar una canción a guitarra y voz es maravilloso... A mí me gustan las dos. Hay cosas que no se deben de elegir (ríe).

-Pues otra de elegir, ¿dónde mira cuando escribe ahora?, ¿hacia afuera o hacia dentro?

-Uno debe de escribir desde dentro y hacia afuera. Pero sí es cierto que con los años amplías mucho más los registros no sólo musicales, sino personales, y ves mucho más de lo que veías al principio.

-¿Es disciplinado a la hora de componer?

-Me salen mejor las cosas cuando lo soy. Cuando me obligo a tener un horario para componer cunde mucho más el trabajo. Cuando me obligo... (ríe) A ver, cómo te digo, no es que no sea constante, porque es imposible que hubiera durado aquí diez años si no lo fuera, pero soy muy desordenado aunque estoy en todo, en cada parte del proceso de un disco, por ejemplo, soy un jartible. Como sabe uno cómo quiere las cosas no lo sabe nadie.

-¿Lo veremos pronto por Cádiz?

-Ahora voy a Jerez y a La Línea y estamos mirando Cádiz, a ver cómo lo hacemos. El problema que me encuentro en Cádiz normalmente es el tema del recinto, el Falla suele estar muy cogido de fechas, con el Carnaval y todo es complicado. Pero ir, vamos. Cádiz es una parada obligada para mí. Cádiz es un concierto único y diferente a todos. Que cada concierto tiene su cosa pero como sabéis yo quiero mucho a Cádiz y allí me siento como en casa.