Cultura

Satisfacción entre los comerciantes del evento

  • Los regentes de las tiendas del Salón Manga de Cádiz destacan el buen ambiente de la feria

Pasaban las ocho de la tarde. Tocaba desmontar, empacar y recoger. En el pabellón del colegio San Felipe Neri los comerciantes echaban el cerrojo a la III edición del Salón del Manga de Cádiz. Sonrisas en los labios y satisfacción entre apretones de manos.

"El público y el ambiente ha sido genial, de lo mejorcito con diferencia, y te puedo decir esto porque nosotros estamos en todos los salones nacionales y en muchos internacionales. Es que en el Sur las cosas las hacéis muy bien y la gente es una pasada, hay muy buen rollo y no ha ocurrido nada extraño ni raro, el ambiente es muy sanote". Javier García, regente del stand de Otakuland, hablaba "encantado" de su experiencia en la fiesta gaditana.

La tienda madrileña fue una de las nueve firmas que este año se sumaron al área más comercial del Salón Manga. Con tres stands donde exhibían su material, Otakuland ha sido una de las rúbricas que ha apostado de manera más potente en su debut en el salón gaditano. "Sí era la primera vez que veníamos y esperamos repetir el año que viene porque estamos muy contentos", aseguró.

Desde Barcelona, la editorial Norma expuso su mercancía durante los tres días de duración del evento. Rubén López, el gerente del stand, adelantó que el balance "parece bastante bueno a pesar de que la feria es bastante corta y de los horarios" aunque "habrá que esperar a finales de semana para hacer números", apuntó.

Eso sí, López se quejó del "reducido espacio" que Norma editorial ha tenido en el Salón y del "elevado precio" del stand. "La organización no está mal, mi impresión es bastante buena, pero sí que deberían de concretar algunas cosas mejor. Por ejemplo, los metros de stand con los que cuentas porque si eres de Cádiz puedes hacer un apaño pero los que venimos de fuera lo tenemos complicado", recomendó.

Francisco Asencio, de la tienda gaditana Leviatán, coincidió con los chicos de Norma en que "en el aspecto logístico, quedan algunas cosas por pulir", sin embargo, reconocía que "se perdonan" porque "prácticamente es la asociación juvenil AniRaise la que gestiona el Salón y tienen tantas ganas y ponen tanto esfuerzo personal que los que estamos aquí nos damos cuenta de que su intención es que todo salga lo mejor posible".

Asencio, que ya estuvo presente en la segunda edición del Salón, se decidió a comparar. "Bueno, en el aspecto material, este año las ventas han sido más flojas que el pasado año. Quizás sea por la crisis o porque, también, había más tiendas que la segunda edición y toca repartir. Pero, bueno, a pesar de eso merece la pena estar aquí, merece mucho la pena", resolvió. "Pero la crisis es un fenómeno que se nota en todos sitios. Es normal, ya contábamos con ello. Además sí que sigues vendiendo cosas. No tanto de la gama alta pero el público siempre se quiere llevar algo", opinaba García.

El gerente de Otakuland realizó un interesante análisis sobre los tres días de ventas: "El primer día es cuando se tiene más aceptación porque acude el público más compulsivo, el que viene buscando lo raro, lo curioso. El segundo día es un público más general y se llevan cualquier cosa, un peluche, un colgante, un anillo, y hoy (por ayer) es el día de los papás con los niños, los padres compran el periódico y echan la mañana aquí mientras los pequeños se distraen. Es el día de comprar alguna pijadilla".

"En nuestro caso -apuntaba López, de Norma, -la gente busca completar sus colecciones de manga o, bien, iniciarse en alguna nueva". "Nosotros hemos vendido más colgantes, llaveros, peluches que figurillas o artículos de coleccionista", aportaba Asencio. "Los clásicos nunca mueren", coinciden los tres comerciantes. Así el merchandising de Dragon Ball o Mazinger Z sigue acaparando la atención de los clientes al igual que series algo más actuales como Naruto, Bleach y One Piece.

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