Desde 2004, los artistas cuentan con cinco pequeños talleres en el castillo de Santa Catalina donde inspirarse con vistas a la Caleta. En este tiempo han sido 70 los creadores que han esperado allí a sus musas. Veinte de ellos no eran de Cádiz. Los hubo sevillanos y madrileños pero también holandeses, belgas, finlandeses, franceses, cubanos, checos, alemanes...

Hace dos años permaneció allí un trimestre el pintor y diseñador inglés William Tillyer. Como resultado de esos meses en la fortificación nacieron las obras que ya se han visto en Londres y que ahora podrán contemplarse en Nueva York bajo el nombre de Caprichos de Cádiz (The Cadiz caprices). La muestra está compuesta por 25 obras pictóricas pertenecientes al estilo abstracto.

En Londres fue la galería Jacobson Howard Gallery de Londres la que expuso esta obra del 16 de septiembre al 11 de octubre; a partir del próximo 2 de diciembre y hasta el 17 de enero se mostrará en la galería Bernar Jacobson Gallery de Nueva York.

La alcaldesa, Teófila Martínez, dijo sentirse satisfecha al ver cómo dan fruto proyectos municipales como este y anunció que se dirigiría al artista para agradecerle la constante presencia de la capital gaditana en esta exposición, invitarle a volver y, si es posible, a traer su exposición. Y es que, según señaló la alcaldesa, en la muestra hay trabajos con títulos tan gaditanos como Mina, Zorrilla o Arteaga.

William Tillyer ha sido objeto de estudio por un amplio número de medios especializados, por su uso del color y la técnica y su manera de unirlas con la carga subjetiva. Y es precisamente esa manera la que sorprende por que se ha mantenido fresca y evocadora. Mezcla estructuras rígidas, como la geometría, con la espontaneidad del collage, encontrando nuevos caminos para que ambos territorios se invadan. Nunca ha sido un artista programático, y nunca ha favorecido una técnica, un material o un pensamiento sobre otro, y nunca se ha centrado en desarrollar un estilo concreto.