Cultura

Ruina total en el Museo de Río: "No va a quedar nada. Se acabó"

  • La caída de un globo aerostático o un cortocircuito, entre las causas del incendio barajadas

"No va a quedar nada. Las llamas están altísimas y el fuego se ha extendido por todos lados. El palacio se va quemar entero y también las colecciones, las momias, todo. Se acabó". En este angustioso audio, emitido desde el lugar de los hechos, José Pérez Pombal, antiguo director del Museo Nacional de Río de Janeiro, certificaba la ruina total de esta institución artística, la más antigua en Brasil (precisamente este año celebraba sus 200 años de historia) y considerada la quinta mayor colección del mundo de este tipo, con unos 20 millones de piezas.

Las llamas comenzaron en el recinto en torno a las 19:30 del domingo, cuando ya estaba cerrado al público y sólo había cuatro vigilantes en su interior. Los bomberos seguían trabajando ayer en el edificio, en algunos de cuyos rincones, sobre todo en la parte posterior del mismo, el fuego se reavivaba por momentos.

En un ambiente de rabia y conmoción -se produjeron incluso altercados entre la Policía y una multitud de ciudadanos que se congregaron frente al calcinado recinto para protestar contra la dejadez de las autoridades ante el patrimonio cultural-, empezaron a correr ayer por la tarde las primeras hipótesis sobre la causa del pavoroso incendio. La caída de un globo aerostático no tripulado en el techo del museo se barajaba como posible causa, según explicó el ministro brasileño de Cultura, Sergio Sá Leitao. En Brasil, estos globos, que funcionan con un sistema de combustión, se utilizan especialmente durante las fiestas juninas, que se celebran a mediados de año. Otra hipótesis de las autoridades apunta a un un cortocircuito que se habría producido en el laboratorio audiovisual del museo.

El ministro de Cultura, en cualquier caso, admitió en una entrevista televisiva que habían existido "negligencias" en la conservación del museo durante los últimos años, por lo que será "necesario", añadió, "investigar si de hecho existe una conexión entre el incendio y la fragilidad y deficiencias del museo". Todo son lamentos ahora, pero uno de los directores de la institución, Luis Fernando Duarte, recordó que llevaba "años" denunciando la "falta de apoyo y la falta de conciencia" de los poderes públicos ante la penosa situación financiera del museo, que venía impidiéndole "preservar adecuadamente" lo que finalmente fue reducido a cenizas por este incendio.

El mismo Sérgio Sá Leitao admitió que el incendio es consecuencia de "años de negligencia" en la gestión del museo. Así las cosas, el presidente del país, Michel Temer, lamentó en un comunicado oficial el incidente, que calificó como "un día trágico". "Es incalculable para Brasil la pérdida del acervo del Museo Nacional", expuso el mandatario, pues "se han perdido 200 años de trabajo, investigación y conocimiento".

Entre sus 20 millones de piezas, que incluyen colecciones de animales disecados, utensilios indígenas, momias y fósiles, destaca el cráneo de la primera americana, bautizada como Luzía, una mujer que habitó en el actual territorio brasileño hace 11.500 años y que supone el fósil más antiguo hallado en América del Sur. Un meteorito de cinco toneladas hallado en 1784 y los restos del primer dinosaurio identificado en el continente se encuentran también entre las joyas que, pese a la llamada realizada por el presidente Temer para constituir "una red de apoyo económico" tanto público como privado para "recomponer" este legado, han desaparecido en el fuego.

Se da la circunstancia de que hace 40 años, el 8 de julio de 1978, otro enorme incendio, en aquella ocasión en el Museo de Arte Moderno de Río, destruyó valiosas pinturas de Picasso o Dalí, expuestas en la pinacoteca como parte de una muestra temporal.

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