Cultura

El Pele, igual y diferente

  • El más relevante representante del cante de Córdoba, una leyenda viva, deja el poso de su personal arte en el escenario de Santa Catalina

El Pele, anoche, en un momento de su actuación.

El Pele, anoche, en un momento de su actuación. / joaquín hernández 'kiki'

El Pele era la apuesta para el cante de esta segunda edición del Estival Flamenco que ha puesto en marcha Cajasol y que ha estado plagado de propuestas eclécticas y originales. En ese sentido se podría pensar que el gran representante del cante de Córdoba, con más de cuarenta años sobre los escenarios traía el clasicismo al Castillo de Santa Catalina. Esto es y no es porque si algo define a Manuel Moreno Maya, conocido en todo el mundo flamenco por el apodo que le puso Manuel Benítez El Cordobés, El Pele, es por su personalidad a la hora de interpretar.

Impresionó y cautivó desde que salió anoche al escenario. Moderno desde lo clásico, canta siempre igual pero nunca canta igual, fiel a su estilo caracolero y a esos giros que convierten cada cante en irrepetible. El artista cordobés sobrecoge desde el primer instante por su pelea cabal con cada uno de los tercios.Lo que aún no se explica el aficionado es de dónde sacó tanta hondura y tanto brillo, tanta esencia y tanta personalidad.

Niño Seve a la guitarra y Emilio Martín con su violín tratan de calmar al levante con su elegante presentación, con esa copla que embruja a la luna. El primer quejíoy toda la fortaleza se rinde a sus pies. Recobró su tronío para abrir boca:"Tenía muchas ganas de estar con vosotros, que Dios os bendiga". comentó entonces y, con el corazón, prometió una noche feliz. Y bien que lo cumplió. Primero por soleá, que dedicó a Juan Villar y Chano Lobato. Al segundo corte tenía metido al personal en el bolsillo. Y aún por La Caleta se derramaron alegrías imposibles desde un compás sideral y único.

"Vivan tus maneras", le gritaban cuando se estaba meciendo su barquita por Cai. Anárquico por momentos, se acuerda de la voz marinera de Alberti. Luego, a la memoria del gran Enrique Morente dedicó Dime Ana,y esos tangos tan genuinos marca de la casa antes de arrancarse por seguiriyas con todo lo que le quedaba dentro.

Por bulerías anunció su marcha, pero aún cayó un fandangazo de propina y con el público en pie invitó a subir a Carmen Ruiz para compartir con ella El alma. Y la gente sin dejarle ir, reventando las palmas de las manos con otros dos fandangos. Hasta Ángel Reyes se suma al baile.Y el cante de El Pele queda para siempre en el recuerdo de quienes disfrutaron de principio a fin.

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