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CINE

Pasiones en plena guerra

  • Por segunda vez el taiwanés errante Ang Lee ha ganado el Festival de Venecia con este melodrama ambientado en la ocupación japonesa de China de los años 40

Ang Lee se ha convertido en un ejemplo de la globalización que afecta al mundo del cine. Durante varias décadas ha transitado entre su Taiwan natal y Estados Unidos, como otros ilustres trotamundos, caso de Win Wenders o Michael Winterbottom. Su carrera ha resultado lenta pero segura, estando presente en los eventos internacionales, incluyendo el tío Oscar. Su ambicioso intento ha sido integrarse en las competitiva industria de Hollywood sin renunciar a ser personal, lo que ha ido logrando poco a poco (equiparándolo a otro ilustre colega, el mexicano Guillermo del Toro).

Aunque no todo ha sido tan fácil para el sensible taiwanés. Se dio a conocer internacionalmente con las intimistas El banquete de boda y Comer, beber y amar, que fue derrotada como Mejor Película Extranjera por la española Belle Epoque. Pasó a Estados Unidos donde filmó la excelente versión de Jane Austen Sentido y sensibilidad. Luego demostró su amplitud de registros con la sombría versión de la familia americana en La tormenta de hielo, uno de estos filmes que fue pirateado por American Beauty. Incursionó en el Western con la atípica Cabalgar con el diablo. Pero en esta década empezó su mejor momento. Volvió a China para rodar Tigre & Dragón, hizo la incomprendida Hulk, una de las mas personales versiones del cómic de superhéroes y ganó el Festival de Venecia y el Oscar al mejor director con la polémica Brokeback Mountain. Ahora, con Deseo, peligro, que significa su vuelta a China tras las aventuras de Tigre & Dragón, parece repetir la jugada, pues dos años después ha conseguido el León de Oro en Venecia sólo dos años después de obtenerlo con las tristes peripecias de los vaqueros homosexuales. Veremos que pasa con ella en los Oscars.

La película nace de un relato corto de la escritora Eilen Chang. Es un melodrama ambientado en China durante la ocupación japonesa de la Segunda Guerra Mundial, y que trata el viejo tema de las personas que en principio deberían ser enemigos mortales pero entre los que nace una atracción fatal. Deseo, peligro ofrece además un erotismo de alto voltaje. Algunos de los que la han visto en festivales la han comparado con la morosidad de Wong Kar-Wai. Tal vez ello derive de que el protagonista masculino es Tony Leung, habitual de los repartos del exitoso director chino. También fue una estrella de los thrillers made in Hong Kong tan valorados hoy por los americanos, entre ellos los que rodó con John Woo. Otra presencia importante en el reparto es la de Joan Chen, la sempiterna esposa de El último emperador de Bertolucci. Pero la gran revelación es la joven Tang Wei, que da vida a la protagonista femenina de esta historia de pasiones desbocadas.

La historia arranca en la China de 1938. Desde hace un año, el antiguo país del cielo está siendo invadido por el imperialismo japonés. En Shanghai, a salvo por su estatuto internacional, una estudiante universitaria entra en un grupo de teatro bastante patriótico. Entonces le ofrecen un papel bastante arriesgado: hacerse amiga de la esposa de un importante colaboracionista con los nipones. El objetivo es a partir de ahí tenderle una trampa y matarlo.

El plan se frustra, pero se recupera en 1942. La guerra ya se ha hecho mundial y Shanghai lleva un año ocupada por Japón. El colaboracionista es ahora jefe del servicio secreto en la ciudad y la estudiante recibe el encargo de sus antiguos compañeros del teatro, ahora en la resistencia, de volver a contactar con él. Pero entre ambos nace una desbocada pasión sexual que complica todo el plan asesino de los miembros de la resistencia que luchan por su país.

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