Cultura

Pascua de Resurrección

  • El Punto! Danza Teatro representa en la Central Lechera 'En construcción, dentro de la voz', con un singular montaje lumínico que multiplica las opciones escénicas

Compañía: El Punto! Danza Teatro · Concepto, espacio escénico y dirección: Fernando Lima. · Intérpretes y coreografía: Valentín Sánchez y Fernando Lima. · Iluminación: Juan Domínguez. · Composición musical en tiempo real y sonorización: Antonio Romero. · Vestuario: El Punto! Danza Teatro · Vídeo: Óscar Clemente. · Música original: Francisco M. M. Cabeza de Vaca. · Día: 29 de abril. · Lugar: Sala Central Lechera.

En el despertar de la primavera y en el ciclo de las estaciones, el ser humano ha escuchado una voz interior que le susurra una promesa de inmortalidad. Ya sea en los mitos de Démeter y Ceres o en las pasiones de Dionisos y Cristo, el grano de trigo tiene que morir para dar fruto, dentro de un ciclo de eterno retorno. Así, la vida, en sus idas y venidas o vueltas de tuerca, puede reescribir también un espectáculo, dándole un nuevo sentido.

Es el caso del diseñado por el creador Fernando Lima, transfigurado en un Lázaro que no solamente se levanta y anda, sino que se eleva y danza.

En este montaje, destaca la utilización y transformación del espacio, planteado como un cuadrilátero de suelo blanco -que remite al ring de boxeo- y flanqueado por ocho altavoces con doble función de focos.

El inteligente y estético empleo de la iluminación, junto con el manejo por parte de los intérpretes de tres paneles rectangulares de madera, construye y de-construye el ámbito de actuación, que se compone y descompone en infinitas posibilidades. Pero de igual modo, de forma casi mágica, presenciamos la fragmentación o reconstrucción del cuerpo, ofreciendo nuevos puntos de vista sobre su estructura y composición. La coreografía, interpretada por dos hombres descalzos enfundados en un práctico y sobrio atuendo negro, se musicaliza en directo a través de ruidos, sonidos o melodías y se estructura en dos líneas principales. La primera, basada en la acción física y la manipulación de objetos, en los solos. La otra, más propiamente de danza, en los pas de deux, donde cada fragmento expresa sentimientos o sensaciones diferentes desde el erotismo y la sensualidad a la violencia y el dramatismo, salpicados por ciertas gotitas de humor. En la estructura general, sin embargo, se echa en falta una mejor estructuración dramatúrgica, pues hay segmentos que resultan extraños, o que parecen corresponder a otro espectáculo, como el momento en que piden la participación del público, sin que se llegue a apreciar su sentido último. O la curiosa y chocante escena del huevo. Aunque hay que decir en su favor, que este nutritivo alimento, ya sea frito o de pascua, es también un símbolo de la divinidad y la resurrección.

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