Cultura

Particular ideario metafísico

Magdalena Bachiller lleva tiempo inmersa en una búsqueda consciente de estructuras pictóricas que le permitan indagar por variadas y diferentes posiciones donde el concepto, el espacio, la materia plástica, el propio sentido del arte y hasta las meras circunstancias creativas plantean su sentido. Por eso, su pintura no es la simple traslación de una realidad a un soporte material. Eso sería lo más fácil y ella lo lleva haciendo desde hace años con solvencia, carácter y trascendencia artística. La obra de Magdalena Bachiller asume un posicionamiento mucho más amplio, reflexiona sobre una dimensión artística que promueve, a su vez, nuevos planteamientos. La exposición en esta galería sevillana - una de las de mayor proyección de cuantas existen en la capital hispalense- es un paso adelante en su preocupación estética por analizar el espacio, en su configuración real y ficticia e, incluso, en su desarrollo social como entidad existencial donde se habita y tiene lugar un espacio vital que cuestiona el propio sentido humano.

Magdalena Bachiller juega con el concepto de la realidad. Por eso, parte de una instalación o maqueta, realizada con materiales extraídos del entorno, desechos de la propia sociedad en la que se habita, que abren las perspectivas visuales y dejan entrever escenografías donde lo real puede asumir su carga potencial de virtualidad. Pero la artista jerezana no se queda en el mero proceso estructural que proporciona la intervención espacial sino que incide en el propio proceso que ésta posibilita, creando una serie de pinturas y dibujos donde esta retícula de estructuras, patrocina un nuevo complejo escenográfico con una propuesta hacia contrarios. Hay presencias y ausencias, espacios vacíos donde la incidencia lumínica crea misteriosas proposiciones y nos adentra por una poética de lo metafísico, esos escenarios de intensidad conceptual donde la ausencia humana promueve situaciones especiales que hacen potenciar el recuerdo, la evocación de una humanidad ausente, pero con mucha mediata presencia.

El ideario estético, pictórico y conceptual de Magdalena Bachiller sigue hacia adelante. Su análisis de la forma y del espacio patrocina nuevas vías, redunda en lo inmediato buscando lo imprevisible de lo que se presiente, crea estamentos donde la existencia marca su voluble y arbitraria potestad y conforma un estamento espacial en el que lo real y lo irreal diluyen sus fronteras con la cómplice mirada de un espectador que puede -o no- participar de tan especialísimo proyecto.

Magdalena Bachiller -nuestra Malali de siempre- acrecienta en esta exposición su suprema potestad de buscadora nata. Su realidad pictórica va ocupando estamentos cada vez más importantes donde se acumulan la mayor intensidad creativa. Nosotros, que la hemos visto crecer en intensidad, fuerza y carácter, sabemos de su dimensión artística y de su ilimitado horizonte pictórico.

Galería Concha Pedrosa SEVILLA

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