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Cultura

"Ojalá mis libros enseñen a algunos españoles a hacerse preguntas"

  • Almudena Grandes cierra los encuentros literarios del Jardín de la Luna Nueva

  • Desgrana su último libro y anuncia más títulos para 2020

Almudena Grandes ayer, junto a la presentadora, Ana Morales; el delegado de Cultura, Francisco Camas, y la librera Natividad Montaño, momentos antes de la presentación.

Almudena Grandes ayer, junto a la presentadora, Ana Morales; el delegado de Cultura, Francisco Camas, y la librera Natividad Montaño, momentos antes de la presentación. / fotos: pascual

Mucha, muchísima gente acudió ayer al fresco del Jardín de la Luna Nueva para escuchar a Almudena Grandes. La escritora madrileña cerró los encuentros literarios organizados por la Fundación Caballero Bonald con la colaboración de la librería La Luna Nueva. Fue presentada por Ana Morales González, y acompañada por el delegado de Cultura, Francisco Camas. Una charla hilada con preguntas, cuyas respuestas tejieron la velada.

Una tarde-noche en la que el protagonista fue el público, "claro, porque los lectores son mis jefes, así que me dan mucho respeto, son los que me dan de comer y no hay que defraudarles nunca", en respuesta a si alguna vez ha temido las preguntas que le puedan hacer en una presentación. "Pero me sé casi todas las respuestas y la manera de salir de las que no me gustan" (ríe).

La autora publicó el pasado año la más reciente entrega de sus 'Episodios de una Guerra Interminable' (que relatan los primeros 25 años de la dictadura de Franco desde el punto de vista de los que se resistieron), 'Los pacientes del doctor García' (Tusquets), un cuarto libro tras 'Inés y la alegría', 'El lector de Julio Verne' y 'Las tres bodas de Manolita'. Obras que ella desearía que hicieran pensar, hacer el ejercicio de memoria que España tiene que hacer respecto al pasado. "No creo que mis libros vayan a servir para eso, sería muy soberbio pensarlo, pero en la medida que la literatura es el territorio de la emoción y que los libros interpelan emocionalmente a los lectores, pues bueno, es probable, ojalá que algunos españoles hayan aprendido a hacerse preguntas leyendo mis libros".

Obras, cuatro por ahora (pero que serán un conjunto final de seis) de estos 'Episodios de una Guerra Interminable' "que tendrá fin; estoy escribiendo ya el quinto, que no sé cuándo saldrá pero que espero que sea en 2020, pues ya empezaré el sexto porque la gente quiere saber cuándo saldrá ya el siguiente. Y luego, ya veremos". Títulos que "ninguno tiene un final feliz. Jolín. A los novelistas nos gustaría darles el final feliz que se merecen algunos de nuestros personajes, pero aquí no hay manera. Porque todas las novelas de esta serie son la crónica de un fracaso que el lector conoce antes de empezar. Y aquí los fracasos son más fuertes porque los protagonistas pican más alto, son más ambiciosos y todos luchan contra la dictadura de Franco". Y recordó a Jaime Gil de Biedma cuando escribió que "de todas las historias de la Historia, la más triste sin duda es la de España porque termina mal". Al respecto, desgranó 'Los pacientes del doctor García', sobre la historia de Clara Stauffer, una mujer alemana y española, nazi y falangista, deportista con cara de niña, que vivía en la calle Galileo 14, portal por el que tantas veces ha pasado Almudena. "Es un personaje que para mí fue un regalo porque es como el personaje soñado: es la mala ideal. Si hubiera estado vinculada a cualquier otro grupo humano, a otra causa, Clara hubiera sido una heroína. Pero Clara Stauffer trabajaba para el mal. Ella ayudó a escapar a criminales de guerra nazi. Me fascinó porque aunque trabajaba las virtudes no se las tuve que poner yo, ya las traía de fábrica. Porque los malos, para ser eficaces y dar miedo de verdad, tienen que tener luces. ¿Qué es lo que nos da miedo? Los terroristas que suben la compra a ancianas de su edificio o padres de familia que tienen a una chica encadenada en el sótano. Eso nos da miedo. Y ella tenía virtudes para ser mala, aunque nunca triunfó en el amor".

La autora hizo referencia al reciente nombramiento de su marido, Luis García Montero, como director del Instituto Cervantes. "Estoy muy contenta por él porque él está contento. Creo que solamente se hacen bien las cosas que hacen ilusión y que apetecen hacer y creo que Luis es muy idóneo para ese cargo, puede hacer grandes cosas y creo que el Cervantes es un terreno abonado para hacer cosas y espero y deseo que tenga suerte. Y si la tiene lo hará muy bien".

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