Jesús Serrano | Investigador y experto en Patrimonio Histórico

“Los versos de Nadia Consolani están impregnados de un profundo intimismo”

  • PeripeciasLibros edita una antología poética que reúne la mayor parte de la producción de la autora veneciana, que ve la luz por el empeño y dedicación de este divulgador de su obra

Jesús Serrano posa en la Alameda de Cádiz con un ejemplar de la antología poética de Nadia Consolani.

Jesús Serrano posa en la Alameda de Cádiz con un ejemplar de la antología poética de Nadia Consolani. / Lourdes de Vicente

Poesía es el título del volumen que reúne la producción poética de Nadia Consolani. El empeño de Jesús Serrano, que ya comisarió en septiembre de 2019 una exposición sobre la incuestionable trayectoria artística de la viuda de Fernando Quiñones, supone un paso más en la recuperación de una figura cultural, la de Nadia, que tocó diversas facetas creativas.

–¿Cómo ha sido el proceso de reunir la poesía de Nadia Consolani en un libro?

–En primer lugar, tengo que decir que esta empresa no habría podido tener lugar sin la presencia, trabajo y empuje de Antonio Aguayo Cobo, doctor en Historia del Arte, y María Dolores Corral, licenciada en Historia del Arte, ambos miembros del Grupo de Investigación de la UCA HUM 726 y de los que tengo la gran suerte de aprender en la labor de la investigación artística gracias a sus enseñanzas, puesto que él es mi codirector de tesis; ella firma de manera exquisita el prólogo de esta antología. Además, Antonio preside Ediciones Presea S.L, bajo cuyo sello editorial PeripeciasLibros ha sido publicada la obra, apostando desde un primer momento por voluntad propia por ella.

Tras la exposición retrospectiva de 2019 sobre Nadia que la Fundación Fernando Quiñones impulsó y que tuve el honor de comisariar, todos hemos seguido empeñados en poner en valor y ‘rescatar’ dando a conocer al público en general la obra de Nadia, más allá de la ‘encorsetada’, y por suerte mayoritariamente superada, imagen de “mujer de...”.

Nadia publicó, siendo Fernando Quiñones (que siempre fue muy consciente de la valía artística de Nadia y a la que siempre le dio su sitio sin duda alguna) el alma mater, junto al amigo poeta Pablo García Baena, su único poemario, Once Poemas, en 1989, dentro de la prestigiosa colección Cuadernos del Sur de la malagueña librería El Guadalhorce. Posteriormente, dos obras colectivas con más amigos y amigas poetas de su tierra natal cierran el corpus poético, publicado hasta el momento: una en italiano y rumano Ecos de agua, de 2004, promovida por una universidad rumana; y el conocido VenezianaMente, que vio la luz en 2006 apoyado por la chiclanera Fundación Vipren y en el que Nadia se implicó de una manera completa, presentando en el panorama literario gaditano la voz de la poesía véneta de su generación.

Creímos conveniente que, treinta años más tarde del poemario, había llegado el momento de reunir de nuevo todos estos versos, siendo recogidos en una edición que contuviera también unos breves apuntes introductorios y de estudio de la poesía consolaniana, a la cuál nadie se había acercado hasta ahora. Un apunte: como introito a los poemas, se ha incluido el texto Venecia, de Pablo García Baena y dedicado por él a Nadia: como guiño y recuerdo a esa amistad tan profunda que Nadia y Fernando tuvieron con el poeta cordobés. Agradecer también a Luis, su sobrino, el gesto de permitirnos incluir el poema aquí.

–Señalemos algunas características de los versos de Nadia. ¿Hay mucho de personal en esta poesía?

–Sin duda alguna, los versos de Nadia son las ventanas hacia su habitación propia; unos textos impregnados de un profundo intimismo y reflexión existencial que le permiten ir moldeando la palabra como si de la misma arcilla, su otra faceta, se tratara: en el catálogo de la exposición, Yolanda Vallejo la definió, con gran acierto, como la alfarera de las palabras. El lector tiene en la introducción de la obra, de la que humildemente he sido autor, una serie de reflexiones sobre lo que encierran estos versos, y de los que podría decir que se podrían etiquetar como una poesía vitalista, en la que el yo poético buscando el sentido a su propia existencia de manera consciente, además de evocar imágenes y paisajes de su Italia en el recuerdo, como es el caso del poema Canareggio, Venezia, 1983. Para mí, como opinión personal, incluso veo presente en los versos de Nadia la influencia de la poesía de Juan Ramón, de esa etapa tan magistral, la ‘verdadera’, la de Dios desando y deseante.

–¿Hay más poesía que no haya entrado?

–Sí, el genio creativo de Nadia, desde su retiro tranquilo y sosegado, no ha parado tras VenezianaMente, por lo que existe poesía posterior, inédita, que esperamos que, por su generosidad y cuando ella lo considere oportuno, pueda ver la luz, en una segunda parte.

–¿A qué contribuye este libro?

–Con esta antología, pienso, que el nombre de Nadia Consolani debe de hacerse, por méritos propios, un hueco en el panorama literario actual. Quizás, al no ser una obra prolífica en volumen, la crítica no lleve a considerar que estamos ante una autora con un corpus poético definido, pero nosotros sí lo creemos, así hemos intentado plasmarlo en este libro.

–¿Cómo ha participado Nadia en este libro?

–Nadia, de la que tengo la inmensa fortuna de contar con su cariño y a la que puedo visitar con regularidad, ya que, tras su decisión, respetable, de apartarse de la primera línea social y cultural, ha estado totalmente informada de todo el proceso; un proceso que lamentablemente se ha postergado un poco en el tiempo debido a la situación actual.

Por ejemplo, el libro Ecos de Agua como he indicado anteriormente, recoge poemas sólo en italiano y en rumano, y yo mismo he emprendido, quizás como un atrevimiento incluso, la tarea de traducción de sus textos al español: y Nadia ha estado ahí, atenta, en la labor de corrección.

En la antología se recogen otros textos sueltos, algunos publicados, como unos breves poemas que salieron en la revista jerezana Contemporáneos, en 1990; otros inéditos, como el breve poema que compuso y que iba a destinarse para el monolito que acompaña la estatua funeraria de Fernando en el cementerio, pero que luego no fue así, ya que se seleccionó Estás cansado, que forma parte de Once Poemas.

–Si no me equivoco, queda la biografía de Nadia Consolani, según ese proyecto de exposición con catálogo, antología y biografía...

–Tras la exposición y la antología, la biografía ha mudado un paso más hacia adelante: voy a doctorarme gracias a un estudio de la obra artística de Nadia a través del método iconográfico- iconológico; soy alumno del Doctorado en Patrimonio de la Universidad de Huelva, mi director es el catedrático José María Morillas Alcázar, y como he dicho antes, Antonio Aguayo es mi codirector. Por ello, espero poder presentar, en un futuro no muy lejano, un completo y exhaustivo análisis que presente el legado de Nadia en términos académicos, porque bien se lo merece.

De momento, pronto comenzaremos con una serie de citas para presentar en varias localidades este libro, que ya ha empezado a distribuirse comercialmente.

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