Cultura

El Museo de Cádiz se llena del optimismo de Fernand Lèger

  • Unicaja lleva al patio del centro provincial una exposición, titulada 'El cubista afable', con 15 obras del artista francés que apostó por la "socialización del arte"

Golpeado por la vida, pero optimista por naturaleza. Así explicaron ayer que era Fernand Lèger, artista francés de la primera mitad del siglo XX que hizo una interpretación muy particular del cubismo, que apostó por la socialización del arte para que pudiera llegar al pueblo y que dotó a sus obras de un llamativo colorido y, en ocasiones, de una grandiosidad apabullante. La exposición Fernand Lèger. El cubista afable se inauguró ayer en el Museo de Cádiz, donde se podrá contemplar hasta el 8 de marzo.

La muestra, con la que se estrena en el Museo Provincial la Fundación Unicaja, está integrada por 15 obras de Fernand Lèger, entre tapices, cerámicas y relieves. La exposición fue presentada ayer a la prensa por la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado; el director de la Obra Social de Unicaja, Felipe Faraguna; el comisario de la muestra, Antonio Niebla, y el director del Museo, Juan Alonso de la Sierra.

Las obras se reparten por el patio del museo gaditano, cuya entrada, casi encerrada por las eternas obras de la plaza Mina, ha de hacerse por un estrecho pasillo al que se accede desde la esquina de Antonio López. Son obras, en su mayoría, que Lèger realizó junto a los miembros de su taller parisino en los primeros años de la década de los 50, poco antes de morir. Destaca, por su grandiosidad, el tapiz Les Loisirs sur fond rouge, de 3,42 por 4,45 metros, que el artista francés dedicó a una familia de acróbatas. Y por su peso y originalidad resalta Le Tournesol, una escultura en cerámica, del mismo material que los sanitarios, de casi 700 kilos de peso y que pertenece a un coleccionista de Canadá, que tiene la obra en un patio de su vivienda. La escultura, según relató Felipe Faraguna, necesita una máquina para ser trasladada y ubicada en los centros expositivos. Incluso en algún lugar donde esta exposición se ha mostrado en una planta superior, explicó el director de la Obra Social de Unicaja, se ha tenido que dejar en la planta baja ante el temor de que el suelo no soportara el peso.

Otras dos obras fueron también destacadas en la presentación de ayer. En este caso por el comisario Antonio Niebla, quien, frente a la grandiosidad de las anteriores creaciones, se detuvo en dos pequeños cuadros, significativos de la trayectoria artística del creador francés, que se muestran muy cercanos en esta exposición: Composition mécanique, que Léger pintó en 1917 convaleciente en un hospital de las heridas sufridas cuando luchaba en el frente en la I Guerra Mundial, y Femme au vase. En estas obras, dijo el comisario Niebla, se comprueba que Fernand Lèger fue un "precursor del futurismo", al tiempo que se advierte la influencia de Le Corbusier, arquitecto con el que trabajó codo con codo en Nueva York.

Esta exposición de la Fundación Unicaja, que se ha podido ver antes en Sevilla, Málaga, Melilla y Ronda, cierra su gira expositiva en Cádiz, de donde partirán las obras, después de cerrar el 8 de marzo, a sus respectivos coleccionistas privados, que se reparten por Canadá, Nueva York, Ginebra, París o Barcelona.

Tanto Felipe Faraguna como Antonio Niebla destacaron de Lèger (1881-1955) su complicada infancia -quedó huérfano a los dos años y tuvo que trabajar en la granja de su familia-, cómo escapó de casa, sus comienzos como delineante, su adscripción al cubismo, su empeño en acercar el arte al pueblo sacándolo incluso de los museos y, sobre todo, su natural optimismo frente a las dificultades. Esa alegría y su complexión fornida le hicieron ganarse un apodo con un pelín de guiño gaditano: el Hércules alegre.

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