Todos los relatos que componen La torpeza del héroe (Dalya) -el título que Martín Hidalgo presenta esta tarde en la Fundación Carlos Edmundo de Ory- tienen en el destino su hilo conductor. En un primer lugar, comenta el autor, porque "toda la literatura y sus personajes están determinados por un destino". Pero también -y sobre todo- porque todas las historias retoman el concepto clásico de destino, algo que guarda mucha relación con la formación de Martín Hidalgo como profesor de Filosofía.

"Mi entendimiento, al menos literario, del destino se acerca al que tenían las antiguas tragedias griegas -comenta-: no como un hecho marcado por la divinidad sino por la dirección marcada que el héroe tiene en su vida. Quizá no sepa qué le aguarda, pero va encaminado hacia ese destino del que sabe que es presa. No tiene que ver con un destino pseudodivino, preescrito para nosotros, sino con el que vamos construyendo sin saber y que nos atrapa al mismo tiempo. Es tomar un poco esa idea que tenían los antiguos de la moira como semidiosa que nos va marcando el hado".

El título del volumen hace referencia, precisamente, al héroe clásico pero "no como un ente hercúleo sino torpe: en la diversidad de relatos vemos que los destinos no son precisamente heroicos o ejemplares sino destinos más bien ridículos y esperpénticos pero de los que uno no puede zafarse".

Por otro lado, La torpeza del héroe también hace referencia al propio oficio de la escritura: una actitud, considera Martín Hidalgo, "heroica, en la que uno se encuentra realmente frente al propio destino. Uno no puede no escribir -continúa- pero también luchas contra tu propia torpeza como narrador, ya sea por tu propio talento o por las limitaciones del lenguaje. Como decía Ortega y Gasset con la filosofía, la escritura es una actividad inútil porque sólo se sirve a sí misma, por lo que su práctica tiene algo de heroico".

Las historias de este primer título como narrador han ido surgiendo, afirma Martín Hidalgo, a partir de tres razones principales. La primera, la presencia constante que la escritura ha tenido en su vida, desde que era adolescente, "ocurre que hasta hace unos años no me vi lo suficientemente preparado para escribir ficción".

Por otro lado, convergen dos influencias: "La propia vida que yo he llevado hasta hace años, viviendo en paisajes diferentes y viajando mucho, con lo que muy pocos de esos relatos se desarrollan en España o en Cádiz, sino que tienen ámbito internacional"; y, por otro, las lecturas: los relatos y autores que han acabado determinando el estilo narrativo.

Tras esta incursión, Martín Hidalgo está trabajando en la actualidad en una novela en la que jugará con el género mestizo: "Son más bien textos fragmentarios sin una línea narrativa clara, sin principio ni final, sino más bien una descripción de momentos simultáneos que se están dando en el mundo, no sabría cómo definirla", cuenta.

Además del proyecto de creación de una Escuela de Escritura para Jóvenes en El Puerto de Santa María (Palabramos), en el que se encuentra involucrado junto a Yolanda Beláustegui (jefa del Departamento de Literatura del Centro Inglés) y que pretende echar a andar el próximo otoño.