Cultura

Manolo Morera y Carlos Mení llegan al Falla “en estado puro”

  • Los populares cuarteteros agotan las entradas con su obra teatral ‘Me reí, león (El musimal)’

Manolo Morera y Carlos Mení en una imagen promocional de su obra 'Me reí, león (El musimal)'.

Manolo Morera y Carlos Mení en una imagen promocional de su obra 'Me reí, león (El musimal)'.

Manolo Morera y Carlos Mení llegan por fin al Teatro Falla. No lo hacen con su cuarteto, con el que tantas veces han triunfado en carnaval, sino que lo hacen con una obra de teatro, con un espectáculo de humor completo que se aleja de los cánones cuarteteros, en los que ambos son unos maestros, para pulsar la tecla de la risa desde un montaje diferente. Me reí, león (El musimal), que así se llama la obra que presentan hoy y mañana en el Falla con las entradas agotadas, es la oportunidad de ver a ambos personajes “en estado puro”, como explica el propio Morera.

Se trata de la obra programada para la temporada del año pasado en el Falla, un espectáculo que entonces arrasó en taquilla pero al que el confinamiento, como a toda la programación, se llevó por delante: “Lo importante –señala Manolo Morera– es que vamos a poder hacerlo en nuestro teatro, en nuestra ciudad y ante nuestra gente. Los espectáculos pospuestos por la pandemia por fin se van recuperando y, en este caso, teníamos unas ganas tremendas”.

Y si hace algo más de un año las entradas volaron, en esta ocasión la respuesta de los gaditanos no le ha ido a la zaga, pues todas las entradas puestas a la venta se han agotado. Es verdad que Morera y Mení se enfrentarán a un aforo reducido, por las restricciones pandémicas, pero el autor gaditano afirma que este hecho no condiciona la actuación: “No, para nada. Las circunstancias son las que son. Hemos tenido la suerte de que las localidades que se han puesto a la venta se han vendido todas y nosotros vamos a ir a muerte como si nada pasara. Es normal que haya que cumplir unas medidas de seguridad anticovid, y para nosotros es importante que la gente se sienta segura en los espacios donde vamos, y eso el mundo de la cultura se lo ha tomado muy en serio. Nosotros salimos así a cualquier escenario, imagínate en nuestro Falla”.

Morera explica también en qué consiste el espectáculo: “Una obra de teatro de humor. Se van a encontrar a Carlos Mení y Manolo Morera en estado puro porque realmente nuestro humor no cambia, es como nosotros lo concebimos, pero creo que con una vuelta de tuerca más, un pasito más adelante, con la profesionalización del espectáculo. No van a ver carnaval, van a ver una obra de teatro humorística con nuestra forma, con nuestro humor, y a la que hemos dado las claves y los códigos del teatro, con una producción profesional detrás. Nos hemos metido también en darle un aliciente más con el toque musical, llevamos tres temas inéditos que se cantan en directo, con la autoría de Sergio Guillén”.

Se trata, pues, de un espectáculo muy personal, muy a la medida de este dúo tan ágil e improvisador sobre las tablas, dos cuarteteros de rango que ahora saltan a la escena teatral con un guion “sólido” bajo el brazo que, sin embargo, no les impide modificar detalles de su propuesta para adaptarlos a la actualidad o al lugar en el que ofrecen la función.

Y con unos códigos distintos que, a decir de Morera, no les impide ni mucho menos ser ellos mismos: “Son otros códigos, pero porque hay determinadas composiciones, determinadas formas de afrontar el repertorio de un cuarteto que son muy muy genuinas de aquí y del carnaval. Igual que el cuarteto lo afrontamos de la manera que lo entendemos, al final eso es extrapolable a todo el humor que hacemos, y la obra también. Nosotros hemos hecho el humor que nos gusta y de la manera que nos gusta. Después, tenemos detrás una producción profesional que nos orienta pero no nos encorseta, siempre nos deja ser nosotros mismos. Esos códigos se resumen en pequeñísimos detalles”.

En resumen, una obra en la que Manolo Morera y Carlos Mení cambian la forma de su manera de estar sobre un escenario, pero no el fondo, su manera de provocar carcajadas. Y, además, podrán estar sobre las tablas del Falla sin que un reglamento obligue al jurado de turno, reloj en mano, a cronometrar el tiempo de actuación. Y eso ya es mucho.

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