Una condesa francesa, un capitán inglés, un cura diputado, un pícaro de La Caleta, un comerciante genovés... Los personajes deambulan entre cuatro paredes. En una casa en la que entra a empujones la libertad, por encima, a costa y sobre ellos. Los cabareteros nos cuentan la historia... Hay máscaras. Físicas y morales. La libertad entra por las ventanas, a pesar de ellos. La casa es una casa de locos. Corren los tiempos del Doce en Cádiz. Una casa sin gobierno. Las paredes no existen en Entre Catedrales, son una ficción más de La Madriguera que, a partir de mañana, pone en escena un nuevo montaje en el mirador del Campo del Sur.

Tras Arlequino, servidor de dos amos, el espacio ideado por Alberto Campo Baeza vuelve a convertirse este verano en escenario privilegiado para el teatro de la compañía gaditana. La Madriguera apuesta nuevamente por la dramaturgia a la fresquita con Una casa sin gobierno, una obra en la que los artistas repiten en su alianza con los músicos Antonio Martínez Ares y Juan Manuel Romero Bey, como en la ficción del pasado año.

Así, tanto los autores musicales como miembros de La Madriguera como el director Álvaro Sánchez de Medina y el actor Antonio Doblas presentaron la creación junto con el concejal de Turismo, Bruno García, durante la mañana de ayer en el Consistorio gaditano.

"Es una comedia muy divertida donde se mezcla el Teatro de Máscaras con la influencia del carnaval y la comedia costumbrista", define el director, dramaturgo e iluminador de esta obra a la que no le falta "el punto crítico", apunta.

El argumento nos sitúa en Cádiz, 1812. La ciudad está sitiada por los franceses y las bombas del ejército de Napoleón comienzan a llegar tras las murallas de Puerta Tierra. Dentro de la ciudad, que acoge a los miembros de las Cortes Constituyentes, el viejo caserón familiar del Conde de Casagrande se cae a pedazos. El viejo aristócrata ha dilapidado su fortuna en su maniática obsesión por las antigüedades, descuidando su hacienda y sus obligaciones familiares, sin control ni autoridad sobre la servidumbre, su esposa y el joven matrimonio formado por el condesito Luis Alfonso y Rosarito, la hija de un acaudalado comerciante de origen genovés. Sin embargo, la astucia y la picaresca de los criados, con sus artimañas y enredos, y la perseverancia y oficio del Señor Scapachini lograran seducir al viejo loco para poner orden en la familia y llevar a un feliz desenlace el casamiento de los enamorados, mientras triunfa la Nueva Constitución.

Espíritu, el del nuevo texto, que también gobierna e impregna la forma de trabajar de los actores. "Al comienzo del trabajo marcamos unas directrices claras sobre la dramaturgia pero, lo interesante, es que los actores, siguiendo ese camino, improvisan y crean su propio texto, de manera que la obra está siempre viva, es diferente en cada representación", resuelve Sánchez de Medina que ha reunido a ocho de los actores habituales de La Madriguera -Enrique Seguí, Antonio Doblas, Blanca López, Raquel Barcala, Simón Ramos, José Luis Alcedo, Carmen Torres y Alfonso Otón- para recrear esta ficción que se podrá ver en dieciséis funciones durante los jueves, viernes, sábados y domingos de este mes de agosto a partir de las diez y media de la noche.

"La venta de entradas será en el Bar Malagueño el mismo día de la función a partir de las nueve de la noche y hay también habilitado un teléfono de reservas 662255731", recordó el concejal.