La noche del 13 de noviembre en el Gran Teatro Falla fue una noche feliz para los aficionados al flamenco gaditano. Así, el homenaje a los 50 años de trayectoria profesional del cantaor Juan Villar dejó numerosos momentos relevantes que estarán clavados en la retina del aficionado, la escena compartida entre Rosario Montoya La Farruca y el homenajeado es, sin duda uno de ellos.

Así, fue en las postrimerías de una gala que duró unas cinco horas, y que estuvo conformada por cerca de medio centenar de artistas, cuando salió a escena la hija del gran Farruco y madre de Farruquito para enredarse en las soleás por bulerías que, en pie y a corazón abierto, le brindaba el anfitrión de la noche.

Antonio y Juan Villar Junior, hijos de Juan Villar, tampoco pudieron aguantar la tentación de cantarle a una de las señeras representantes de la más grande estirpe del baile flamenco y apuntaron también un par de letras para la bailaora retomando el hilo Juanito Villar con una solvencia que demuestra que no ha perdido facultades como el gran cantaor que siempre ha sido para las primeras figuras del baile.

Otro de los grandes momentos de la velada fue el reencuentro entre el maestro Paco Cepero y Juan Villar, que hicieron las delicias de un público entregado en todo momento a estas dos grandes leyendas vivas del flamenco y mostrando así la otra cara indispensable de Juan Villar, la de imponente cantaor de alante.

Desde Granada, Marina Heredia, su padre, Jaime El Parrón, y el gran Curro Albaicín tampoco se quisieron perder el homenaje a Juan Villar, entre tangos, soleares y recitados como el que ofreció la cadenciosa voz de Albaicín acordándose de Rafael de León.