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José Luis Cuerda lleva a San Sebastián una nueva dosis de su "surruralismo"

  • El realizador español presenta fuera de concurso 'Tiempo después', que recupera el humor absurdo de su emblemática 'Amanece que no es poco'. A concurso se presentaron 'In fabric' de Peter Streckland y 'Angelo' de Markus Schleinzer.

José Luis Cuerda, en el Festival de San Sebastián.

José Luis Cuerda, en el Festival de San Sebastián. / Javier Etxezarreta, EFE

Treinta años después de crear ese universo de surruralismo en su emblemática Amanece que no es poco (1988), José Luis Cuerda vuelve a San Sebastián con una nueva entrega de ese humor absurdo inclasificable en Tiempo después, que se presenta fuera de concurso.

Con un elenco coral de lujo con actores como Roberto Álamo, Blanca Suárez, Arturo Valls, Joaquín Reyes o Carlos Areces, el realizador, guionista y productor de 71 años recupera el espíritu de aquella película de culto que junto a Total (1983) y Así en el cielo como en la tierra (1995) constituían la trilogía de su característico humor surrealista manchego.

Sin ser una secuela en el sentido estricto (no sigue la trama y cambian los personajes y el marco temporal), Cuerda propone un viaje al año 9177 y plantea un mundo en el que sólo existen dos tipos de personas. Por un lado, las fuerzas vivas, los dirigentes y la sociedad ordenada que habita el único edificio existente en medio de un extenso desierto, donde cada aspecto de la vida está meticulosamente organizado, controlado y vigilado; por otro, los parados, que viven fuera del edificio, vestidos con andrajos y casi una especie aparte que no tiene permitido mezclarse. La historia da un vuelco cuando uno de estos desempleados intenta vender limonada en el otro universo, cambiando el orden natural que allí reina.

Tiempo después tiene un mayor componente político que Amanece que no es poco, en una crítica feroz a la sociedad española. "No hay por dónde pillarla. Y yo hago lo que puedo, sale lo que sale y se ve como se ve", dijo Cuerda. "Parece que no cambian las perspectivas desde las que se miran las cosas y deberían cambiar. Teniendo en cuenta las circunstancias internas y los datos que podemos extraer de la contemplación de los compañeros humanos se puede deducir que no lo estamos haciendo bien para nada".

Una sátira descarnada

La de Cuerda es una sátira descarnada que alberga una crítica feroz contra todas las ideologías y sistemas: los gobernantes son estúpidos pero también el pueblo es obediente, machista y racista. El capitalismo feroz hace estragos, pero el asalto de los parados al edificio del mundo ordenado desata el caos y un igualitarismo dañino que arrasa toda individualidad y diversidad, en referencia a la deriva clásica de los regímenes comunistas.

"Lo que hace muy rica esta película es que reparte contra todo y contra todos: la monarquía, el poder y también contra la propia revolución. Hasta el protagonista quiere luchar sólo por sus intereses", reflexiona Félix Tusell, que coproduce la película con Valls.

Filosofía, poesía y Faulkner

Una crítica aderezada con filosofía y sobre todo, con poesía, con poemas de Federico García Lorca, versos del Quijote o de William Faulkner. "Cuando tocas a Faulkner estás atravesando el Rubicón", bromeó Cuerda. La comedia surge además de la descontextualización de escuchar a desempleados andrajosos que hablan en verso y clave filosófica.

Cuerda ha contado con un elenco coral de lujo, que incluye también a nombres como Antonio de la Torre, Berto Romero, César Sarachu, Miguel Rellán, Dani Pérez-Prada, María Ballesteros o Gabino Diego, entre otros. Generaciones para quien Cuerda ha sido todo un referente, hasta el punto de considerarse "un poco Jesucristo".

El director bromeó al recordar a sus propios referentes, sus maestros, entre ellos a un profesor de geografía catalán en su Albacete natal que en cada clase hablaba de su mujer como una "perita dulce", haciendo escalar el surrealismo de los diálogos durante el encuentro con la prensa.

"Me lo he pasado muy bien", resumió finalmente, alabando la película como una de sus mejores obras. "La historia de los protagonistas (Suárez y Álamo) es la mejor historia de amor que he contado nunca". "Es difícil de entender pero si se entra se pueden deducir cosas muy interesantes como qué son las relaciones amorosas en esta vida", añadió, y concluyó: "Una conclusión a la que podrías llegar es que esta película es buena".

Otra propuesta surrealista, esta vez en concurso

La otra propuesta surrealista llegó de la mano del británico Peter Strickland, que presenta a competición In fabric, una arriesgadísima película que mezcla terror y humor con una estética que se mueve entre el gótico vampiresco y romántico y una fotografía que conecta con la década de los 70.

In fabric, recibida con sonoros aplausos, es la historia de un vestido con vida propia en unos grandes almacenes que al cambiar de manos va causando estragos entre sus dueños. Strickland lanza así una reflexión, aunque asegura que exenta de juicio, sobre el consumismo actual y la cadena cíclica de la ropa, que conecta con la cadena de la muerte.

"El vestido mata de forma aleatoria, como hace el cáncer", contó el realizador, que arrancó el proyecto a partir de la visión que tenía de niño de esos grandes almacenes llenos de maniquíes de los que se imaginaba emanaban fluidos reales, como la sangre menstrual que da color al vestido rojo protagonista.

'Angelo', de Markus Schleinzer

La segunda propuesta a concurso presentada es Angelo, el segundo largometraje del austriaco Markus Schleinzer tras la provocadora Michael (2011), que cuenta la historia de un africano trasladado de niño y convertido en sirviente de la corte de la nobleza europea en el siglo XVIII.

Pese a sus esfuerzos y los intentos de los otros por convertirlo en uno de los suyos e integrarlo plenamente en su sociedad, Angelo no puede desprenderse de su carácter distinto ni tampoco llegar a ser aceptado al cien por cien como un igual, remitiendo a un tema de plena actualidad como la inmigración.

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