Cultura

Imagen de un barrio amenazado

  • Inaugurada en la sede de Arquitectos la exposición 'La Isla de los vientos', del fotógrafo Pedro Sara · La muestra recoge la vida y las aspiraciones de una comunidad acosada por el planeamiento urbano

El barrio de La Casería, en la parte de San Fernando que da a la Bahía, es todo lo contrario de un barrio típico. Ni callejuelas blancas, ni puertas de colores, ni monumentos. Sería más bien un barrio atípico en cualquier población. De antiguo separado de la población por huertas, chumberas y la vía del tren, hace unos años la ciudad se le echó encima en cuanto fueron desapareciendo todos esos obstáculos. Los vecinos de siempre se conocen entre todos, ahora son varios miles más y pronto la vecindad crecerá extraordinariamente.

A ese escenario arribó hace menos de dos años Pedro Sara, un periodista y fotógrafo extremeño que inauguró ayer la exposición La Isla de los vientos, que estará abierta en el Colegio de Arquitectos hasta 31 de agosto y recoge su visión de ese barrio. Se enamoró. Dicen que el amor es ciego, pero esa es una de las muchas mentiras que nos han contado acerca del amor, porque Pedro cayó rendido ante lo que vio:"Siempre he sentido algo muy fuerte por las comunidades pequeñas, quizá porque pasé mi infancia en un pueblo, Santa Marta de los Barros. Mi último trabajo de este tipo lo hice en la Sierra de Francia, al norte de Extremadura, que tiene pueblecitos con gente que conserva aún sus costumbres, sus propias tradiciones, y eso a mí me alucina".

Pedro Sara vino a Cádiz a trabajar al Diario, pero también "buscando esas cosas de las que hablan las letras del flamenco, la Bahía, la sal y por Camarón... y aparecí por pura casualidad en La Casería". Fue entonces cuando vio por primera vez "ese cielo tan abierto". "Estaba mirando al mar -cuenta- y entonces me giré y vi las tres torres que estaban construyendo, y me dije: aquí hay una historia que contar. Y de ese día viene esta exposición".

"Poco después conocí a Moncho (José Ramón Sánchez Urréjola, vecino del barrio que ayer leyó una narración en el acto de presentación), y él fue la llave que me abrió muchas puertas, me presentó a mucha gente y me contó toda la historia de La Casería", cuenta Pedro, quien desde entonces hizo cientos de fotos de las calles, las gentes y el aire del barrio. "Luego, Tomás Carranza vio mi trabajo y me propuso hacer algo con Arquitectos".

La Isla de los vientos es un proyecto que comienza con la exposición de 22 fotografías tomadas precisamente a lo largo de estos dos años en La Casería de Ossio. El lugar es la sede del Colegio de Arquitectos de Cádiz, entidad que apoya la muestra y que la ha incluido dentro de las actividades de sus cursos de verano". Las fotos reflejan la identidad de esta comunidad, compuesta mayoritariamente por pescadores artesanales y familias numerosas con pocos recursos económicos, pero con un rico conocimiento de su medio. Un medio que acoge perfectamente su manera de vivir y de buscarse la vida, pero que está amenazado por los cambios urbanísticos tan drásticos que está sufriendo el litoral.

La construcción de tres gigantescas torres de 17 plantas y de varios centenares de viviendas unifamiliares está transformando de manera inevitable el barrio, hasta el punto de amenazar seriamente esa forma de vida, y la de disfrutar de ella. Esta historia es la que cuenta La Isla de los vientos. "Lo que me enganchó de este barrio -cuenta Pedro Sara- fue el cielo y el espacio abierto, que hace que desde aquí puedas apreciar como se curva la tierra, como dice un amigo mío. Y la gente, nada más llegar ver a la gente en la placita, las casitas bajas, y los niños, jugando por las calles, bañándose solos y libres".

El proyecto va a tener continuidad. La próxima semana, copias de las 22 fotografías van a ser expuestas por las calles del barrio. Pero además, lo que se pretende es, además de la expresión artística de las espléndidas fotografías de Pedro, provocar una reflexión sobre ciertos modelos de desarrollo, y que se tengan en cuenta que los planes urbanísticos deben adaptarse a las necesidades socioeconómicas de las comunidades a las que afecta. La Casería atesora además un interés histórico y natural extraordinario. En espera de su descubrimiento.

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