La expresión "el mundo del cine" suena a sofisticación y alfombras rojas. Pero es, de hecho, un mundo más cercano de lo que parece, en el que los seis grados de separación de Kevin Bacon se pueden aplicar a rajatabla, dejando a Kevin Bacon a punto de venir a tomarse unas cervezas. "Realmente, en el mundo del cine somos muy poquitos -explica el actor Bruto Pomeroy, uno de los coordinadores de la Escuela de Cine de la UCA-. Desde la gente más mayor hasta los que empiezan, todos nos conocemos".

Así, por el ejemplo, el actor Adolfo Fernández (Policías, Los misterios de Laura, B&b), "estaba en mi clase desde preescolar, su madre es de Puerto Real -cuenta Bruto Pomeroy-. O los que llaman el Grupo Cinexín, con Alberto Rodríguez a la cabeza. De ellos, Jesús Ponce vino a dar un curso de guión y ahora dará uno de montaje".

La segunda edición de la Escuela de Cine echó a andar ayer con la presencia de la escritora Elvira Lindo, que acudía al encuentro en condición de guionista para hablar de La comedia en la tragedia/La tragedia en la comedia. Una segunda edición que, en virtud a su buena acogida -más de 40 matriculados por módulo, con un 8.6 de media en la valoración de los alumnos- y el reconocimiento del Vicerrectorado de Responsabilidad Social, Extensión Cultural y Servicios de la UCA, se extenderá a lo largo de todo el curso y doblará el número de módulos propuestos: en total, 27 clases magistrales en torno a materias como interpetación, maquillaje, cine low cost, cine clásico, producción cinematográfica o animación 3D. "Prácticamente -apunta Bruto Pomeroy-, exceptuando Carnaval, todas las semanas desde octubre a junio están cubiertas".

Pomeroy describe la propuesta como una "escuela viva", pendiente de la actualidad y en la que la matriculación en los cursos es semanal. Una estructura que se debe a la propia idiosincrasia de lo audiovisual -con unos plazos de trabajo fluctuantes- y que permite, por un lado, la especialización -el alumno puede trabajar de manera específica en lo que le interese-; y por otro, la complementariedad: "Porque lo mismo a un actor le interesa saber de maquillaje o vestuario", comenta Pomeroy.

Y es que, conocerse, en el mundo del cine, se conocerán todos, pero cerrar fechas entre ellos es un imposible. "La misma Elvira Lindo, por ejemplo, está ahora de guionista en televisión y de colaboradora en PRISA -cuenta el coordinador-. Pero quiso colaborar con nosotros en cuanto supo del proyecto aunque para ella es imposible dejar Madrid durante una semana entera. Por eso las últimas horas del módulo las impartirá en diciembre, casi en Navidad".

Ocurre algo parecido con Javier Olivares, que se encuentra metido ya en la tercera temporada de El Ministerio del Tiempo, "con toda la incertidumbre que rodeó el proyecto en estos meses, el pleito a Timeless... Por eso, su curso sobre guión televisivo está previsto para la última semana de mayo, pero con fechas aún en el aire. O David Jiménez, que ha participado en varias ocasiones en el equipo de dirección de arte de Juego de Tronos, que volverá a estar en la próxima temporada, y al que todo el mundo le preguntará todo lo que él no puede contestar, claro. O Carlos Iglesias, que estará en el Campus de Algeciras en noviembre, y con el que aún tenemos la fecha en el aire".

Por eso, tanto a ellos como a todos los demás nombres que completan este curso la parrilla de la Escuela de Cine -Enrique González Camacho, Pedro Casablanc, Manuel Morón, "el único que dará un taller de dos semanas, porque sus alumnos se quedaron con ganas en la otra edición"...-, los coordinadores los han convencido bajo dos premisas. La primera, estar "completamente plegados a su disponibilidad respecto a las fechas y a la posibilidad de cambiarlas", explica Bruto Pomeroy. "Y luego, cuando me preguntan de qué pueden dar la clase, les digo que cuenten lo que les hubiera gustado que les contaran cuando estaban empezando", completa Pomeroy.