Cultura

Díaz Lima, la labor callada de un enamorado del género documental

  • El algecireño es co-guionista de un corto dirigido por Rioyo, finalista en los Goya

Los premios Goya de la Academia de Cine Español volverán, por segundo año consecutivo, a desvelar un poco a Algeciras. Casi de forma inesperada y sin avisar se repite la historia sin estar anunciado en las quinielas. Como pasó el año pasado con el dibujante Ismael Pinteño en la categoría de mejor Película Documental por la novela gráfica 30 años de oscuridad, en esta ocasión le toca el turno a Juan Manuel Díaz Lima, coautor del guión de Un cineasta en La Codorniz, de Javier Rioyo, que aspira al mejor Cortometraje Documental.

Díaz Lima ya fue preseleccionado por Andrés y Javier, aunque como director, en 2011. En esta ocasión, ya como finalista, no estará en la ceremonia puesto que subrayó que es co-guionista bajo la dirección de Rioyo, todo un referente en este género. El algecireño ya había trabajado para su productora y en esta ocasión recibió una llamada para sacar este nuevo proyecto adelante sobre la figura de Enrique Herreros, un artista madrileño visionario. El material ya estaba rodado, sólo quedaba reescribir el guión. Le dieron dos discos duros llenos de imágenes, vídeos y entrevistas sobre Herreros y de ahí salieron los 18 minutos del cortometraje.

Díaz Lima reconoce que le gusta especialmente escribir, su pasión es el documental. Se gana la vida como montador y sobre todo escribiendo historias para otros. Entró en el mundo documental a través de Rioyo, "muy poca gente puede ganarse la vida de documentalista", pero reconoce que es el género con mayor libertad, "trabajas con algo que no tienes controlado".

Estudió Comunicación Audiovisual en Madrid y posee bajo su dirección alrededor de 6 documentales y cortos. Al que más cariño guarda es a De estraperlo, "tengo una espina porque no tenía medios ni recursos pero el material estaba ahí". Sobre Andrés y Javier subrayó que es su trabajo más profesional, "rodé con un equipo muy bueno". A nivel de ficción posee dos títulos: Desenfocado y Veo-veo.

Reconoció que vivir del cine es "imposible, nuestro oficio es vocacional". Tiene miles de proyectos, pero le falta el dinero. Vive en Madrid porque su amor por el séptimo arte hizo que quedarse en su tierra y hacer cine fuera "impensable". Sin embargo, precisó que actualmente los proyectos que le surgen se vinculan a su entorno de amigos, "hoy en día puedes hacer cine aquí -por Algeciras-". De hecho hace un mes estuvo rodando el videoclip del nuevo trabajo de La Canalla. "Veo que no hace falta irse y hay más facilidades, rodar es fácil y estoy loco porque me salgan cosas por aquí. El entorno me parece un plató enorme y natural".

Aunque el futuro es incierto sí anda trabajando en un seguimiento durante un par de años al grupo algecireño La Canalla, además tiene una ilusión puesta en hacer un documental sobre matuteras, "sería como volver a enfrentarme con la historia del estraperlo, pero sobre ellas". Pero para todo y aunque ahora se hacen muchas colaboraciones, el dinero es necesario, "muchas veces se va más dinero en dar de comer al equipo", bromeó.

Sobre los premios señala que "se olvidan", y lamentó todos aquellos amigos que pese a tener reconocimientos están en paro. "La gente lo magnifica y no es tanto, también son muy subjetivos, detrás de una nominación hay muchas circunstancias". "Si no hay vocación, no hay nada, ¿quién le saca rentabilidad a un corto o a un documental?".

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