Rojo y negro

Color a las palabras

  • De la Torre edita una antología realizada por María Asunción Mateo sobre la doble faceta de pintor y escritor de Alberti

Cuando Rafael Alberti escribía necesitaba ver antes dibujadas las palabras. Era poeta, pero ante todo pintor. Una faceta aún desconocida para muchos que queda perfectamente reflejada en su poema 1917, pórtico de esta antología preparada por su mujer, María Asunción Mateo. En las páginas de esta cuidada edición de sus líricografías y otras de sus creaciones pictóricas y literarias se habla extensamente del despertar y la dedicación a la pintura de este icono de la Generación del 27. "Nada sabía del poema que ya en mi lápiz apuntaba", dijo en una ocasión. Y es que resulta imposible deslindar en su obra ambas vertientes artísticas.

Rafael Alberti empezó a coquetear con la pintura en su adolescencia, pero su compromiso total llegó de la mano de su primera visita al Museo del Prado, allá por 1917. En estos tiempos, el portuense se acababa de trasladar con su familia a Madrid y la pinacoteca se convirtió en su refugio.

La antología también se introduce en otros episodios relevantes de su trayectoria pictórica , como la primera exposición que hizo en Montevideo en el 47 durante su exilio argentino, momento a partir del cual su actividad es constante. Destaca su viaje a China en 1958 o su posterior etapa italiana, donde Roma se convierte en su principal fuente de inspiración. De esta época son su serie Corrida, las líricografías Nunca fui a Granada o Los ojos de Picasso, que creó mientras sellaba su amistad con el afamado pintor. También dedicó líricografías a Miró en 1975 y colaboró con artistas de la talla de Tàpies o Matta. La naturaleza y la mujer son sus eternas musas, pero será en Las cuatro estaciones, recogida en esta antología, donde brilla con luz propia la vitalidad del entonces septuagenario artista. No en vano dice la introducción que Alberti ha ocupado un lugar de honor en la historia de la literatura por su maestría en los trazos de cada verso, "que parecen haber sido dibujados con el pincel".

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