Cultura

Los Coen desembarcan en Venecia con un ejemplo de alta comedia

  • La pareja de directores abre la nueva edición de la Mostra con 'Burn After Reading', una historia de espías con reparto de lujo en la que todos los personajes son "profundamente estúpidos"

Los hermanos Coen, respaldados por la presencia estelar de George Clooney, Brad Pitt y Tilda Swinton, abrieron ayer a carcajadas la Mostra de Venecia con Burn After Reading, una parodia del cine de espionaje con la que firman un producto redondo pese a su vocación decididamente menor.

"Esta vez buscamos primero a los actores y luego escribimos para ellos los personajes", explicó en rueda de prensa Ethan Coen y, con nombres tan destacados en el reparto -hay que sumar también a la esposa de Joel, Frances McDormand, y a John Malkovich-, consiguieron hacer "una visión particular de las películas de Jason Bourne", según ellos.

Teniendo en cuenta que todos los personajes del filme son "profundamente estúpidos", las reglas del cine de espionaje se ven profundamente adulteradas y los actores presentes en Venecia intentaron no darse por aludidos. "No sé si sentirme halagado o insultado", dijo Brad Pitt en una de sus escasas intervenciones.

Burn After Reading tiene como detonante la imaginación de personas profundamente aburridas con sus vidas y cuyas paranoias les embarcan en una trama criminal que, aun en su absurdo, se cobrará numerosas víctimas.

Pese a que los Coen retoman con sorna las rivalidades entre Estados Unidos y Rusia y ponen a jugar en la misma partida a dos mundos tan opuestos como la CIA y un humilde gimnasio de Washington, "la película no tiene ninguna lectura política, es un mero divertimento", enfatizó George Clooney, que abandona momentáneamente el lado más comprometido de su carrera.

Burn After Reading fue escrita por los hermanos Coen durante el rodaje de No Country for Old Men y, en todo momento, planea sobre ella el concepto de contrapunto al ambiente opresivo que les dio el Oscar. Así, la película se convierte en una suerte de reunión de amigos, en la que Clooney vuelve a encajar como un guante en el patetismo cómico de los dos hermanos, a la vez que embauca en el tándem a su compañero de fatigas en la saga de Ocean's Eleven, Brad Pitt, y a Tilda Swinton, quien le secundó en Michael Clayton.

Todos cumplen su trabajo de manera brillante y, afortunadamente, el público no queda excluido de esta fiesta en la que, como en las grandes comedias, la ligereza camina sobre un intrincado colchón argumental que logra que en ninguna pirueta de guión haya peligro de caer el vacío.

La película inaugural ha apostado claramente por la intrascendencia. «Después de todo, ¿qué hemos aprendido?», se pregunta un personaje en la hilarante escena final de la película. Burn After Reading sin embargo es, pese a su falta de pretensiones, toda una lección de cine.

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