Crítico

De Chicago y otras ciudades

  • Chicago es una obra maestra de tal calibre que es difícil echarla abajo

Es curioso, en este mundo globalizado unido por las autopistas de la información, ver como algunos hábitos siguen vigentes. Es el caso de las giras teatrales, hechas con compañías que sustituyen a los intérpretes originales que se pasan la temporada septiembre-julio viviendo en un escenario madrileño. No tendrían ganas de patearse las Españas en aquellos trenes franquistas cercanos en algún caso a los convoyes de la muerte nazis, y le dejaban el trabajo sucio a otros actores de menos renombre.

El caso es que hoy en día es mucho más cómodo recorrerse el país, controladores aéreos mediante, y las obras que se hacen en los madriles ya no son tan extrañas a los cada vez menos provincianos. Hay mucha más información, y merced a las teleentradas y a los trenes de alta velocidad, bastantes aficionados pueden ver los espectáculos en la Gran Vía sin esperar a que lleguen, si lo hacen, a sus localidades. Es el caso del autor de estas líneas, que vio las obras originales que ha traído por el Falla posteriormente la potente productora Stage, responsable del renacimiento del musical en España. Hablamos de Cabaret, Jesucristo Superstar y este Chicago que nos ocupa ahora. Esto hace que las giras estén más expuestas. En el caso de Mamma Mía!, producida aquí por el mismo sello, se pudo contar con Nina, uno de sus mayores reclamos, pero en los otros espectáculos no, y eso se notaba. La vieja dicotomía entre una versión para Madrid y otra para provincias está obsoleta.

Tal vez por ello Stage se haya tomado en serio la gira de Chicago, que recorre España tras arrasar en la Gran Vía con llenos diarios. Se echa mucho de menos a la gran Natalia Millán, pero se mantienen dos secundarios del montaje original que dan su sabor, Fedor de Pablos como el insignificante Amos Hart y la espectacular voz de Linda Mirabal en el rol de Mama Morton. Marta Ribera está mucho más entonada que cuando dio vida a Sally Bowles en Cabaret, y María Blanco compone una convincente Roxie Hart. En cuanto a la incógnita de que hubiera hecho el guaperas Carlos Lozano como el cínico Billy Flynn, no será este crítico quien se la planteé visto el trabajo de su sustituto Manuel Rodríguez.

O tal vez sea que Chicago es una obra maestra de tal calibre que es difícil echarla abajo. Obra cumbre del irrepetible genio de Bob Fosse, es una muestra de su estilo, cínico y brillante a la vez, con la electrizante música de los autores de Cabaret. Con su estilo bretchiano, con la influencia de las películas que había rodado ya -Chicago se estrenó en teatro en 1975, tras Cabaret- es un repaso por los géneros clásicos del musical que tan bien conocía y que tanto amó y odió a la vez. Todo al servicio de una historia que demostraba su considerable escepticismo sobre el alma humana. Algo que brilla sea en Madrid o en gira provinciana.

Autores: Fred Ebb y Bob Fosse. Música: Jhon Kander. Intérpretes: Marta Ribera, María Blanco, Manuel Rodríguez, Fedor de Pablos Puig, Linda Mirabal Jean-Claude, J. Giró, Adán Aguilar, Jacques Vidal, Silvia Álvarez, Ela Ruiz, Teresa Belza, entre otros. Director musical: Santi Pérez. Lugar y día: Gran Teatro Falla, 10 de diciembre

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