El mundo del manga reina en el ámbito de las actividades culturales de Cádiz este fin de semana. Ayer, día fuerte del quinto salón celebrado en la tacita, evento organizado por el Ayuntamiento con la colaboración de Diario de Cádiz, destacaron el torneo Yu-Gioh, que contó con la presencia del ganador de España del año pasado, los concursos de Karaoke y Cosplay, indispensables en todo buen salón del manga que se precie y el taller de escritura japonesa, novedad de este año con respecto a las actividades culturales.

El torneo de Yu-Gioh, juego de cartas en el que hay que quitarle la vida al rival a través de ataques con monstruos, comenzó a las tres de la tarde y contó con la presencia de algunos de los mejores jugadores del país en esta modalidad, según indicó José A. Navarro, gerente de Player Player. Entre ellos, Andrés Almuzana que a sus 16 años y después de llevar sólo dos jugando, puede presumir de ser el campeón de España del último torneo, celebrado en el ExpoManga de Madrid. En él, tuvo que enfrentarse a más de diez oponentes, en una competición que duró desde las diez de la mañana hasta las once de la noche. Torneos más pequeños, como el que tuvo lugar ayer, suelen durar entre cuarto o cinco horas. Después de su triunfo anterior reconoció que no sabe si repetirá el éxito pero eso espera.

Con las mismas ganas de ganar se presentó en la carpa de juegos de cartas Héctor Sánchez, algecireño de 23 años que consiguió el segundo puesto en el tornero de Toledo, celebrado el pasado mes de enero. Estos dos jugadores de elite se han visto las caras en más de una ocasión, ya que ambos suelen acudir a las citas mangas de los diferentes salones del país.

Pero no serán los únicos, ya que el aforo del torneo es de 100 participantes, entre los que se inscribieron visitantes de Córdoba, Huelva, Granada e incluso Alicante, aseguró José A. Navarro, quien además subrayó el hecho de que, entre los tres torneos disputados el fin de semana, se repartirán un total de 1.000 euros en premios.

En el ámbito cultural del evento resaltó el taller de escritura japonesa, impartido por la Asociación ADEC JAP-AN, desde la que trabajan para unir las culturas japonesa y andaluza. Los participantes, esmerados en conseguir legibilidad en sus escritos, se acercaron a estas clases prácticas motivados por su curiosidad por otras culturas, como es el caso de Alejandro José Muñoz y con poca o ninguna experiencia con el idioma, como es el caso de Carmen Ramos: "Sólo sé alguna palabra suelta de series de anime".

Con esta asociación colaboran estudiantes de intercambio del país nipón a las que por un lado les agrada ver el interés que suscita su tierra natal y por otro les sorprende comprobar la diferencia entre la realidad de su país y el reflejo del mismo en este tipo de actos. Mari Hashioto, japonesa integrante de la Asociación Iwashimaru, desde la que también luchan por la expansión de este idioma y la cultura oriental, manifestó estar de acuerdo con las impresiones de sus compatriotas. "Lo que se refleja aquí es más moderno y Japón es un país de tradiciones". Por ello confesó entristecerle que la cultura tradicional quede en un segundo plano, aunque valora el salón como un punto de partida y de acercamiento.

Entrada la tarde, los visitantes más atrevidos se preparaban para pisar el escenario en dos de los concursos con más seguimiento y tradición de los salones manga: el de Karaoke y el de Cosplay.

La conocida afición de los japoneses por demostrar sus dotes musicales en cualquier ocasión, como si de un casting de Operación Triunfo se tratase, es copiada aquí al pie de la letra y nunca mejor dicho porque el concurso consiste en ser el mejor entonando canciones en japonés.

Por su parte, el Cospley, campeonato en el que se ha de deslumbrar a los presentes luciendo el mejor disfraz e interpretar a un personaje cómic de manera individual o colectiva, está tan arraigado en este evento que ni impedimentos físicos como el calor hace menguar el interés de los que se presentan. Dos peluches de tamaño natural paseaban por el patio exterior del colegio San Felipe Neri a las doce de la mañana, bajo un sol radiante que empezaba a poner a prueba la capacidad antitranspirable de los desodorantes de los presentes. Eran las versiones perro y gato de Nana, o lo que es lo mismo, Natalia Sánchez y María Muñoz, quienes alegaron orgullosas que "para lucir hay que pasar calor".

Y esa fue la consideración de los 4.428 asistentes que se reunieron en el salón a la una de la tarde, la de disfrutar de una de sus grandes aficiones a pesar del calor. Número de personas que esperaba ser multiplicado en la segunda mitad de la jornada, según el personal organizador del Ayuntamiento. El viernes, día de apertura, durante el horario de visitas que comenzó a las seis de la tarde y concluyó a las diez de la noche se contabilizó un total de 5.000 personas.